Un hecho insólito ocurrió el pasado domingo en la ciudad de Rosario. Un hombre, de aparentemente 30 años de edad, extorsionó a una comerciante para que pague por la "seguridad de la zona", afirmándole que "era por su bien" y que el era "un simple enviado" por otras personas, haciendo referencia a pesadas bandas criminales. El registro de la indignante negociación se viralizó en redes y se encuadra en el marco de una ola de extorciones e intimidaciones que, desde la semana pasada, azota a los negocios de la capital santafesina.
"Yo como mucho te puedo dar puchos", le respondió la empleada, quién ante el insistente pedido del falso cliente, le explicó que no podía entregarle dinero porque era una decisión que no dependía de ella, sino de la dueña del kiosko. Finalmente, el delincuente tras intimidar que "si no le daba nada iba a volver al día siguiente", este se fue sin dinero, pero con un champán bajo el brazo y un puñado de cigarrillos.
En comunicación con medios locales, La empleada del kiosko declaró que ahora tienen miedo de que la situación "pase a mayores" y reclamó que quieren "trabajar con tranquilidad". Al respecto Pablo Javkin, -intendente de Rosario- detalló días atrás que los delitos de esta naturaleza son ordenados desde las cárceles: “Los malos están presos y joden igual a los buenos”.
La denuncia por extorsión ya fue radicada en una comisaria local y desde el comercio afectado del Barrio República de la Sexta señalaron que ahora "buscan presentarse en la Fiscalía" para poder solucionar el problema.