El amanecer del 1 de agosto de 2025 dejó una nueva tragedia en las rutas neuquinas: tres personas murieron en distintos accidentes viales. La cifra, que se suma a un total alarmante de 39 víctimas fatales en lo que va del año, vuelve a encender las alertas sobre la urgencia de promover una conducción responsable. Según datos brindados por Sandra Torres, referente de la ONG Bien Argentino, en estos siete meses ya se registraron 2.118 siniestros viales en la provincia.
Con un promedio de un muerto cada 5,5 días, Neuquén vive una crisis silenciosa pero letal. Los accidentes no son simples estadísticas; son tragedias que desarman familias, colapsan hospitales y revelan fallas estructurales en la educación vial nacional. Pero por sobre todas las cosas dejan al descubierto la falta de consciencia por parte de los conductores.
En su gran mayoría los siniestros son ocasionados por malas maniobras, apuros injustificados y una gran cantidad de (hombres en su mayoría) personas que no respetan las señales de tránsito. Manejar borrachos, con sueño o jugando a ser Franco Colapinto también entran dentro de esta causa.
La radiografía del primer semestre
Los números mensuales muestran una curva ascendente que empieza a incrementarse con las malas condiciones climáticas de hielo, nieve y niebla.
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Enero: 316 siniestros
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Febrero: 308
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Marzo: 327
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Abril: 350
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Mayo: 374
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Junio: 343
Esta progresión revela una problemática en crecimiento. La mayor concentración de choques en mayo y junio coincide con las condiciones invernales adversas, pero también expone la falta de obras adecuadas por parte de Vialidad Nacional, que aún no ha ejecutado mejoras clave en rutas muy transitadas como la 22 y la 40.
Un llamado urgente a frenar
“Despacio también se llega” no es una frase hecha, es una necesidad. Las estadísticas no solo evidencian imprudencia al volante, sino también una cultura de velocidad, impaciencia y falta de empatía. Conducir de forma defensiva, respetar semáforos, pasos peatonales, límites de velocidad y distancias mínimas entre vehículos puede ser la diferencia entre vivir o no.
Desde Bien Argentino insisten en que no se trata de demonizar al conductor, sino de transformar hábitos.
Aunque los datos oficiales consolidados de otras provincias aún están en análisis, Neuquén suele ubicarse entre los distritos patagónicos con mayor siniestralidad vial proporcional a su población, junto a Río Negro y Chubut. Esto se debe, en parte, al crecimiento urbano desorganizado, al tránsito mixto entre zonas urbanas y rurales, y al turismo constante que no siempre respeta las normas locales.
Educación y obras, claves para cambiar la historia
Mientras se insiste en campañas de concientización, muchos caminos neuquinos siguen sin banquinas seguras, con señalética deficiente o directamente en mal estado. La responsabilidad también recae sobre el Estado. No alcanza con pedir prudencia al volante si no se garantiza una infraestructura segura.
A siete meses del año, 39 personas no volverán a sus casas. No son un número, son una alarma. Frenar, respetar y repensar cómo manejamos puede salvar vidas. La ruta no mata, lo hace el mal uso que hacemos de ella.