El caso por la muerte de la agente Deyanira Aylén Vázquez, de 27 años, a quien encontraron muerta en su casa del barrio Gastronómico, en el oeste de la ciudad de Neuquén, empezó con protocolos por un presunto femicidio, pero a medida que la causa avanza, la hipótesis pasó a ser suicidio. Este jueves, personal de Criminalística realizó nuevas pericias en la vivienda de la calle Beethoven.
El giro investigativo fue a partir del informe preliminar que arrojó la autopsia que le realizaron al cuerpo de la joven oficial. Del mismo se desprende que el disparo podría haberlo efectuado ella misma. Esto implica que no habría participación de terceros en la manipulación del arma.
Inclusive, trascendió por fuentes extraoficiales, que el personal forense que retiró el cuerpo de la vivienda, tuvo que colocarse un chaleco antibalas para evitar un disparo dentro del cuarto donde la encontraron muerta.
Se trata de un reflejo que puede ocurrir en los suicidios, llamado espasmo cadavérico, lo que genera una contracción en los músculos.
A la luz de estos hallazgos, y en base a las nuevas pericias, que la Policía de Neuquén continuaba realizando en horas de la tarde, lejos de cerrar el expediente, la nueva línea investigativa abrió un debate cargado de dudas.
La ausencia de la detonación del arma, que ningún vecino declaró haberla escuchado, las heridas que tenía la pareja de la joven policía, además de su reacción cuando llegó al lugar, cuando dijo que era su "exnovio", y la actitud del hermano de ella, que a pesar de presenciar una escena cargada de violencia, decidió abandonar el lugar, son algunas de las aristas que generaron dudas y que podrían motivar las nuevas pesquisas en la casa donde ocurrió la muerte de Deyanira.
