Neuquén.- Una intensa lluvia sin precedentes azotó la región aquel martes 11 y miércoles 12 de marzo de 1975. El agua comenzó a caer a lo largo del Valle Superior del Río Negro, y en las cuencas inferiores de los ríos Limay y Neuquén.
En pocas horas, la región se inundó con precipitaciones que, en promedio, rondaron los 150 milímetros ese día. Dos días después ascendía a 20 la cantidad de muertos, a más de un millar las personas evacuadas en Río Negro, 2.200 más en Neuquén y 1.500 casas totalmente destruidas.
Oficinas públicas, bancos, comercios y escuelas no funcionaron por una semana debido al ausentismo del personal, que no podía llegar a su lugar de trabajo por el anegamiento de las calles.
Felipe Sapag, por entonces gobernador de Neuquén, calificó las pérdidas como "incalculables, cuantiosas y gravísimas".
Fuente:diariorionegro