Fue una mañana que parecía rutina, pero en las cárceles provisorias, la rutina es complicada. Bastó un ruido, un chirrido metálico, algo fuera de lugar en el silencio del encierro. Eran las 10 del jueves cuando el personal de la Comisaría 21 de General Roca se topó con una escena que todavía se está investigando: cuatro internos estaban manipulando la reja de una ventana en el sector de baños. La fuga no se concretó, pero estuvo cerca.
El hallazgo, que se dio durante una recorrida preventiva, disparó el protocolo. La policía científica llegó al lugar para relevar huellas, revisar estructuras y tomar nota de lo que falló, o estuvo a punto de fallar, en la seguridad. Y los cuatro protagonistas del intento fueron inmediatamente trasladados a otras dependencias, separados, aislados, fichados una vez más.
Pero ¿quiénes son los que buscaron la fuga?
El primero, Elio Fernández, de 23 años, carga un historial inquietante: robo calificado, abuso de armas y resistencia a la autoridad. Le sigue Andrés Cannao, también de 23, conocido por robos menores, un rostro habitual en causas de bajo perfil. Los otros dos tienen una historia más pesada: Fabián Yañez y Juan Canales están con prisión preventiva por el crimen de Oscar “Picoleta” Ripari, asesinado durante un robo en una pieza trasera de una carnicería en el barrio Quintu Panal.
Los cuatro compartían celda y también, al parecer, una idea: huir. No está claro cuánto tiempo llevaban preparando la maniobra ni si alguien más sabía. Lo concreto es que intentaron forzar una reja. Tal vez, en otra circunstancia, otro día, con menos vigilancia, el final hubiera sido otro.
Por ahora, la Justicia investiga la tentativa de fuga y los daños materiales. Desde la Unidad Regional II, el subcomisario José González confirmó que se evalúan nuevas medidas de seguridad. Mientras tanto, en los pasillos de la 21, el aire quedó tenso. Porque si algo quedó claro, es que nadie baja la guardia. Y menos cuando las paredes hablan.