El agua pesada fue fabricada en la planta establecida en Arroyito y operada por la ENSI, una sociedad del Estado conformada por la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Provincia. La Planta Industrial de Agua Pesada, PIAP, además presta servicios a empresas vinculadas con la petroquímica y la actividad hidrocarburífera –explotación de petróleo y gas-.
Según el informe de gestión elaborado por el ministerio de Desarrollo Territorial que el gobernador Jorge Sapag distribuyó junto a su mensaje a la Legislatura el 1 de marzo pasado, además de la carga inicial para Atucha II, se realizó la reposición en las centrales Atucha I y Embalse. En la actualidad, la ENSI desarrolla tareas de mantenimiento en el complejo industrial de Arroyito.
Atucha II es una central nucleoeléctrica que funciona con uranio natural y agua pesada.
En 2013 se renovó la mayoría de los contratos de servicios a industrias en tanto que las expectativas para este año radican en la consolidación y crecimiento de la actividad de la PIAP en servicios a la industria petrolera.
Capitanich y De Vido asistieron a la puesta en marcha de la carga de agua pesada y la realización de las últimas pruebas antes de la entrada en producción de la central bonaerense, que se calcula estar a pleno a finales de este mes, con lo cual se incorporarán 745 megavatios al sistema interconectado nacional.
La finalización de la obra de la central demandó una inversión de 3.000 millones de dólares. La construcción había comenzado en 1982, pero entre 1994 y 2006 se paralizó totalmente, de acuerdo con el proceso de desregulación y privatización de empresas públicas desarrolladas en la época.
En 2006 se relanzó el Plan Nuclear Argentino para revertir el déficit energético en el país.
La central demanda 180 kilogramos de uranio para generar los 745 megavatios de potencia instalada. En comparación, para obtener la misma cantidad de potencia de generación con carbón, se necesitarían 12.000 toneladas o bien 3.200 metros cúbicos de gas natural diarios.