Los neuquinos nos vemos sorprendidos una vez más por los delirios del intendente Quiroga, quien en su afán de emular a su aliado de turno, pretende imponer su capricho de implementar la boleta electrónica, de la noche a la mañana en el total de las mesas.
Es cierto que esta tecnología permite la celeridad del escrutinio, pero las experiencias a nivel mundial indican que su aplicación no es infalible, que depende de las características del sistema electoral, del contexto de cada caso y de la forma en que se haga.
Además, debe ponerse atención responsablemente sobre la regulación y el control, ya que estos aspectos son más complejos que en el voto manual.
Todos sabemos que cualquier sistema informático es vulnerable ante ataques externos, y los datos pueden ser alterados de manera centralizada. Por ello, hay que hacer hincapié en los protocolos de seguridad informática y sistemas de auditoría, para lo cual las autoridades electorales deben tener también una alta preparación tecnológica, a fin de garantizar la transparencia de los resultados del escrutinio, fundamentalmente cuando este es ajustado.
En ese sentido, es fundamental la publicidad y formalidad del acto licitatorio para la contratación del sistema y el prestador, porque de la idoneidad, capacidad y seriedad de la empresa contratada, dependerá en gran parte la calidad del acto eleccionario. Nada sabemos concretamente sobre las condiciones aun en la ciudad de Neuquén.
El ejecutivo municipal parece esforzarse en mostrar transparencia con la boleta electrónica, y se olvida que el uso de las tecnologías debería ser una constante, principalmente cuando se trata de los actos de gobierno. Su aplicación se da en todos los aspectos en un gobierno serio, en temas como presupuesto, gastos o contrataciones, garantizando transparencia y participación. Pero lejos de ello estamos en la ciudad de Neuquén, donde estos temas parecen ser secreto de estado.
Un aspecto más importante aún, es la capacitación del electorado. No se ha hecho una sola experiencia piloto previa en el ámbito de la ciudad acerca del voto electrónico, ni preparación de autoridades electorales, ni de los partidos políticos. Y esto por más que insistan, no se logra en 3 meses.
Implementar el voto electrónico no es un artículo que hay que comprar porque está de moda, o una tendencia a la que hay que subirse. Es una decisión política conjunta que debe darse con debate, consenso y garantizando mantener la naturaleza del Voto, sin olvidar que el sufragio universal, secreto y obligatorio, es la base de nuestra participación como ciudadanos en la "Cosa Pública”.
A través de él, se manifiesta nuestra voluntad colectiva, ni más ni menos. Tratémoslo con el respeto que se merece por favor.
Lic. Karina N. Costallat.
Licenciada en Ciencia Políticas,
Egresada Universisdad de Belgrano.