Muy a pesar de la numerosa presencia de agentes de tránsito (y del trabajo a destajo que vienen desplegando las grúas), las infracciones a las normas elementales resultan moneda corriente en la ciudad de Neuquén.
Prueba irrefutable de ello las detenciones sobre las sendas peatonales, los cruces de semáforos en rojo, la omisión lisa y llana al derecho de paso, los excesos de velocidad y los estacionamientos en sitios que no están habilitados para ello.
“Estacionan literalmente en cualquier lado”, suelen quejarse quienes deben transitar obligatoriamente por el centro, en virtud de sus obligaciones laborales.
Fue precisamente en ese subgrupo donde, este miércoles, se registró un sorprendente caso de desaprensión extrema, fotografiado por una vecina del barrio Santa Genoveva que envió la instantánea a nuestra redacción.
Sucedió en una de las calles que rodean al Cementerio Central. “Pese a que tenía lugar de sobra para estacionar en ambas manos, decidió dejarla en cualquier lado, tapando en forma parcial la única rampa” para el acceso de personas con discapacidad, escribió.
Efectivamente, la EcoSport obstaculizó esa rampa durante la tarde de ayer, evidenciando un absoluto desprecio por las normas básicas de convivencia.
Dicen que el tránsito es reflejo de una sociedad, quizá del nivel de histeria de quienes la componen.
Quién sabe, por lo pronto la asociación civil Luchemos por la Vida elaboró un informe en el que da cuenta de que 109 personas murieron en la provincia, a causa de accidentes de tránsito ocurridos a lo largo de 2018.
Otro estudio señala que en la ciudad capital se registra un promedio de diez incidentes viales (de distinta magnitud) por día. Al tiempo que los controles de alcoholemia arrojan datos sobre una preocupante realidad.
Si a eso se suman los que estacionan en doble fila creyendo que con las balizas salvan la situación, y el resto de las actitudes desaprensivas, el cóctel es el que lamentablemente tenemos.