SE USA EN LA REGIÓN
¿El negocio de la turba se come al planeta?
Un metro cuadrado extraído en Tierra del Fuego tarda mil años en volver a crecer. Nuevo debate sobre esta explotación. ¡Mirá el video!La acumulación de vegetales, insectos, algas y hongos forman a través de los años un producto de materia orgánica muerta que se utiliza hoy en la industria del petróleo y como nutriente de los suelos. Pero la extracción de cada metro cuadrado de este material, llamado “turba”, demandará el paso de mil años para volver a cubrir ese espacio. En la isla de los Estados y en la de Tierra del Fuego, el intenso frío, la saturación de agua y la falta de oxígeno han desarrollado esta vegetación desde tiempos inmemoriales.
El hidrólogo Rodolfo Iturraspe, docente e investigador de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, explicó en el programa “Viaje al puerto de la noche”, por AM 550 y 24/7 Noticias, que la turba que se encuentra en esa provincia “puede datar de entre 10 a 15 mil años, vinculadas a la desaparición de los glaciares”.
“El proceso de las turberas se dio a partir de plantas que van creciendo sobre otras que han muerto” señaló el especialista y aclaró que no hay descomposición: “es casi nula, ya que la saturación de agua que no circula aporta el oxígeno hasta que no tiene más y no se repone, por lo tanto al no haber oxígeno las bacterias que producen la descomposición no se pueden desarrollar”.
A un ritmo de crecimiento de un milímetro anual, el paso de miles de años generó turba con una profundidad de hasta 10 metros, sostuvo. Seguidamente alertó que “por cada metro extraído de turba, se necesitarán mil años para que ese espacio vuelva a cubrirse con ese material”. También resaltó que “esta extracción minera no tiene valor agregado e implica la destrucción del ecosistema” de grandes áreas fueguinas.
Entre otros usos, actualmente se la utiliza para la germinación de plantas (especialmente para la producción industrial de flores y tabaco) y también como materia absorbente en los derrames de la industria petrolera. En la región, especialmente en la cuenca de Vaca Muerta, se la usa en forma de mantas y llega desde el extremo sur del país y también desde Canadá.
En estos días, un amplio debate se ha impulsado desde los sectores productivos y desde los ambientalistas. Mientras unos destacan a esta actividad como una industria rentable y generadora de mano de obra –el gobierno fueguino ha impulsado la formación de industrias turberas-, por el otro se alerta sobre la destrucción de los ecosistemas de la Isla, así como la afectación a los cambios climáticos en el planeta.