¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Sábado 07 de Junio, Neuquén, Argentina
Logo Am2022 Mejor Energia Mitre Patagonia Logo Am2022

Figueroa le consiguió su primer trabajo en salud y hoy se jubiló como chofer de ambulancia

Su padre lo hizo estudiar mecánica y a los 20 años empezó a trabajar en el taller de la municipalidad de Huinganco. En el año 2000 el entonces jefe comunal lo cedió en préstamo como chofer al puesto sanitario.

Sabado, 17 de mayo de 2025 a las 20:33
 Figueroa le consiguió su primer trabajo en salud y hoy se jubiló como chofer de ambulancia  Figueroa le consiguió su primer trabajo en salud y hoy se jubiló como chofer de ambulancia
Juan Escobar y Kathy Antiñir

La vida es tan solo una cadena de momentos perfectamente “enlazados” que sirven para atesorar y atar historias de vida que trascienden tiempos y distancias. Algo así se puede decir del libro que relata los pasajes de la existencia del vecino Juan Escobar, quien después de dos décadas y media al “servicio” del volante de las ambulancias del sistema provincial de salud se acogió a los beneficios de su merecida jubilación en el hospital Antonio Gorgni de Andacollo. Una de sus compañeras enfermeras, Kathy Antiñir, lo despidió con un sentido mensaje. “Compañero Juan llegó el último día laboral. Llegó esa Jubilación, la recompensa por cada día trabajado con amor y dedicación. Gracias por ser siempre ese buen compañero de fierro”, expresó la profesional. Añadió con afecto: “Lo queremos. Dios lo bendiga mucho y ahora a disfrutar!”.

La vida de Juan es como la de tantos otros habitantes del norte neuquino, llena de sacrificio, esfuerzos y sueños por cumplir, pero como se dice por aquellas tierras “siempre hay que ponerle el pecho a las balas”.

Este hombre de bondad y entrega infinita por su labor, nació bajo el nombre de Juan de Dios Escobar el 21 de agosto de 1964 en el paraje Chenque Malal, a unos 8 km de distancia entre Huinganco y Butalón Norte.

Nuevos rumbos

El flamante jubilado de salud, en contacto con Mejor Informado contó que “a los 10 años nos trasladamos a vivir a Huinganco con mi padre Ernesto Escobar, mi madre Raquel Muñoz y mis hermanos”. La idea de estos nuevos rumbos era buscarle un nuevo horizonte a su pasar económico. Es así que se inclinaron por el rubro mercantil. Al respecto relató que “mis padres siempre se dedicaron a la cría de animales y en el pueblo se dedicaron a un comercio de ramos generales, mientras yo asistía a la escuela”. Luego de completar las etapas educativas, había un sueño paternal dando vuelta y se tomaron “cartas en el asunto”. Así lo recordó Juan: “A los 18 años mi padre me mandó a vivir a Chos Malal. El quería que aprendiera el oficio de mecánico”, recordó. Al mismo tiempo admitió: “Así que estuve dos años trabajando y aprendiendo con Hugo Bataglia, quien tenía un taller de chapa, mecánica y electricidad del automotor”. A la hora de armar las valijas y llegar de vuelta al pueblo de sus padres, Juan logró emplearse como mecánico en la municipalidad de Huinganco.

El intendente Figueroa

Corría el año 2000 y el actual gobernador de la provincia del Neuquén, Rolando Figueroa, cumplía sus primeros meses como intendente de Huinganco, la tierra sagrada de sus ancestros. “Quien era intendente en esa época, don Rolando Figueroa me cedió a préstamo como chofer de ambulancia al puesto de salud local”. Fue un momento de esa cadena de vida que nunca olvidará. En ese sentido contó que “mi primer día de trabajo en salud, el día 27 de diciembre, me llevaron con otro chofer (“Pancho” Faúndez) de Andacollo a buscar una ambulancia a Zona III Chos Malal. Este inolvidable compañero me explicó cómo realizar mi trabajo como chofer de ambulancia”. Pasaron tan solo tres años de esa primera vez y tuvo la fortuna de ser nombrado empleado del sistema salud. “Mi trabajo consistía en distintas visitas programadas a los parajes de lo que abarca el hospital de área Andacollo. Además el traslado de pacientes, médicos y odontólogos para la atención en el puesto de salud de Huinganco”, detalló. Asimismo afirmó que cumplió guardias activas en Andacollo y guardias pasivas en Huinganco. En esta línea recordó a excelentes camaradas de servicio como Adrián, Beto, Pancho y Omar Aravena. Con ellos y con otras tantas personas de bien, Juan logró completar 25 años de trabajo en beneficio del sistema de salud neuquino. “Viví con mucha satisfacción mi trabajo que no solo me dio la posibilidad de mantener a mi familia de 8 hijos sino también saber que siempre estábamos ayudando a alguien”, reflexionó. A su vez señaló que “salud me dio grandes amistades, gente a la que le tengo mucho aprecio y que admiro por su calidad humana y camaradería”.

El “hasta siempre”

Y finalmente llegó el día de su última actividad laboral y la hora de decir el adiós, el hasta luego, el hasta siempre. “La despedida fue algo que me sorprendió mucho. Mis compañeros del puesto de salud de Huinganco me invitaron a cenar al quincho de un conocido camping dónde compartimos asado y empanadas y pasamos un grato momento”, aseveró con emoción. Añadió que “el miércoles 30 de abril fue mi último día de trabajo y en mi última derivación a Andacollo mis compañeros del hospital de Andacollo me sorprendieron saliendo todos afuera del hospital a despedirme”. Y eso no fue todo. Como hombre y trabajador querido, que fue y que seguirá siendo siempre, Juan el “ambulanciero” fue despedido con honores con una caravana por todo el pueblo junto a sus compañeros y a sus hijos.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD