Veinte de las 22 seccionales del Movimiento Popular Neuquino (MPN) firmaron una declaración en la que se le otorga pleno respaldo al gobernador Rolando Figueroa, y se le confiere la potestad de elegir a quienes serán candidatos para las elecciones de este año, que se realizarán para renovar el Parlamento nacional, en octubre.
En el documento, que fue valorado como un apoyo de "las bases" del partido político provincial, dejando en claro que "la cúpula", es decir, los organismos de conducción partidario, no se ha expedido todavía sobre el asunto, se respalda la proclama reciente de la mayoría de los intendentes de la provincia: "Desde las seccionales del MPN, consideramos fundamental pronunciarnos a favor de la decisión tomada por los intendentes y presidentes de comisiones de fomento que pertenecen a nuestro partido", se expresa, en alusión a que respaldarán "las candidaturas al Congreso Nacional, que sean propuestas por el gobernador, remarcando la necesidad de que las candidatas y candidatos elegidos sean genuinos representantes de la defensa de los intereses de Neuquén".
En uno de los puntos del documento político, se expresa que "a partir del 10 de diciembre de 2023, respetuoso de la institucionalidad, el MPN, a través de sus más de 30 intendentes, presidentes de comisiones de fomento y el bloque de diputados provinciales, ha hecho un aporte fundamental para garantizar la gobernabilidad a la gestión de Rolando Figueroa, que fue elegido por la mayoría de los neuquinos y neuquinas, y a quien se le deben brindar las herramientas necesarias para desarrollar su plan de gobierno".
El documento de las seccionales revela dos cuestiones centrales: primero, que, sin formar parte del esquema de dirigentes del partido provincial, Figueroa, de manera indirecta, lo lidera, o al menos, representa las intenciones políticas de sus integrantes, más allá del hecho formal de que el MPN es presidido por Omar Gutiérrez, y la convención partidaria, por Jorge Sapag. Segundo, que existiría realmente una actualización política en la masa de adherentes al partido que gobernó más de 60 años la provincia, a tono con una coyuntura de renovación política nacional, que le da prioridad a ideas y personas, por encima o prescindiendo, incluso, de los continentes partidarios.
Todo esto es muy evidente en Neuquén, pues la singularidad del distrito acentúa esta característica de la coyuntura política nacional, ya que Figueroa fue integrante y referente del MPN durante la mayor parte de su carrera; y, cuando se produjo el cisma que derivó en su candidatura y el triunfo por fuera de esa fuerza, tales hechos contribuyeron a fortalecer la posibilidad de concretar un nuevo liderazgo provincial. En ese punto se está ahora, con una conformación del poder político alrededor del concepto "neuquinidad" y de la figura que encarna ese postulado, el actual gobernador.
Así, en el actual oficialismo, y en el nacimiento del año electoral y las disputas que inevitablemente acarreará, es también evidente la intención de enfatizar en el concepto diferenciador entre "vieja" y "nueva" política. El MPN, en este esquema, se incorpora al frente oficialista conservando su identidad, pero se trabaja para que no conserve "mañas" que se pretende sean superadas, y dejadas en el cofre de las antigüedades necesarias. Por ejemplo, aquellas prácticas de aportes financieros obligatorios, clientelismos empresariales cautivos, "votos seguros", y otras cuestiones que distinguieron al partido provincial en sus distintas etapas, combinando lo bueno, lo malo, y, también, lo perverso de la política, siempre desde el poder del Estado, cosa que ahora, formalmente, no le corresponde.
Lo de los intendentes de hace unas semanas, y lo de las seccionales del MPN en estas últimas horas, va en ese camino, que, ni más ni menos, que la construcción de un nuevo proceso político en Neuquén, del que se conoce el embrión, y queda por conocer su desarrollo pleno, si es que, finalmente, se dará.