El Hospital Castro Rendón, el más grande e importante de Neuquén, fue esta semana escenario de un reclamo que llamó la atención: pediatras que perciben entre 4 y 5 millones de pesos mensuales exigieron mejoras salariales, lo que provocó un rechazo dentro del propio sistema de salud pública.
La polémica estalló cuando María Belén Ehlers, jefa del servicio de Urgencias y Emergencias Pediátricas del hospital, admitió durante una entrevista radial que un pediatra con siete guardias al mes gana “más de 4 millones de pesos”. Una cifra astronómica si se la compara con el sueldo promedio del país, y todavía más si se la contrapone con las condiciones económicas que atraviesan otras áreas del sistema público.
Por si quedaban dudas, fuentes del propio hospital confirmaron que hay profesionales de esa misma especialidad que “prácticamente llegan a los 6 millones de pesos por mes”, lo que acentuó el impacto cuestionador acerca del reclamo, y cierto desconcierto en la opinión pública.
A pesar de esto, durante la semana, los jefes de los servicios de pediatría difundieron una carta en la que se quejaban de que “sus salarios apenas superan en lo mínimo a una canasta básica” y que “cobran casi lo mismo que un médico recién recibido”. Pero la sinceridad de Ehlers echó por tierra ese relato. ¿Cómo se explica entonces esta campaña de victimización?
Quien tampoco se quiso quedar afuera del reclamo fue Adelaida Goldman, exdirectora adjunta del Castro Rendón y figura cercana al anterior gobierno del MPN. La médica, que renunció en mayo de 2024 tras la llegada de la nueva gestión, publicó un posteo en redes sociales hablando de la “dolorosa situación de los profesionales”, sin aclarar que esos mismos profesionales embolsan cifras que, incluso en el sector privado, son excepcionales.
¿Se trata de un reclamo genuino o de una puesta en escena con fines políticos? No sería la primera vez que Goldman se vincula a una movida de este tipo. Cercana a Adrián Lammel, exdirector del hospital y ex candidato a diputado nacional por el MPN, hoy suena su nombre en pasillos políticos como posible postulante a una banca legislativa.