LITERATURA
Superficies del leer: El frío en/vuelto poema
Así es "Para el invierno", el libro de poesía de Mauricio Giulietti que con una nostalgia extrañada, recuerda esos fríos que le hirieron el rostro.“La lógica del escorpión” fue el último, reciente y afectuoso obsequio que nos hizo Charly García justo en el momento que más lo necesitábamos quienes amamos su forma connotativa de decir el mundo. Su voz inquieta y frágil vuelve con la madurez envuelta de emociones a contarnos una fábula confusa, nos involucra en la resurrección de Spinetta, clases gratuitas para convertirse en un rock star, Beatles, presagios, estrellas de las que hay que agarrarse al caer: noticias de ese futuro que habita.
Una de las canciones más bonitas del nuevo disco, “Te recuerdo invierno”, conecta emotivamente con el libro de poemas de Mauricio Giulietti “Para el invierno”. Ellos no se conocen personalmente y sus materiales aparecieron en el mundo el mismo mes, ninguno tuvo tiempo de leer/escuchar al otro, sin embargo, ambos se animan a hablar desde un presente que, con una nostalgia extrañada, recuerda esos fríos que les hirieron el rostro.
Charly dice “por el parque húmedo de rocío te veré venir” mientras Mauricio: “La humedad viene desde dentro/el agua es una herida abierta.” Jugar a los parecidos y decir que una época habla en la boca de quienes se expresan artísticamente sería un camino aburrido para esta reseña, pero no decirlo resulta imposible. La canción de Charly va a resonar en cada subtítulo, esa es la lógica.

Cuando el frío te traiga aquí, otra vez como antes
Este poeta neuquino se ubica en un espacio simbólico, en el que el frío es un espejo que trae rostros del pasado, a contar una identidad posible; también es el frío una poética del presente cotidiano que, en conciencia del dolor, emana ráfagas polisémicas.
La tapa de su libro está contenida por una acuarela de Alejandro Bonnat titulada “Invierno azul” que deja a sus leyentes una introducción al color que más le gusta a la poesía. Este paisaje difuso, presente como un sueño difícil (no del todo pesadilla), en el que se ve una casa con una cerca y árboles, no es un paisaje urbano, no hay ciudad, no hay calle, nada se puede apreciar claramente. Esta sensación imprecisa en la que nos ubica la pintura de tapa es el esqueleto perfecto contenedor de las tres partes del libro con sus títulos bellísimos:
Después de la tormenta nos acerca la voz de un poeta que está afuera, que quiere estar afuera en el jardín revuelto por lo que dejó la lluvia, observando con lupa cada flor, cada hormiga, también su propia curiosidad. Se vibra en el día, se vibra en la noche con la certeza de que estar afuera no es necesariamente estarlo del sí mismo. Se puede ser las palabras dichas a cada pájaro y, ser al mismo tiempo, la naturaleza del canto.
El nombre de las flores abunda en la intimidad post tormenta donde todo puede empezar a recomponerse. El poeta nunca nos dice claramente cuál es el nombre de las flores: pero dice madre, dice abuela, dice hermanos. Hay otros nombres en la zona del dolor que nadie quiere recordar en esta diversidad de escenas íntimas de familia e infancia.
Para el jardín fuego, se arde el dolor. Y el frío es la sensación necesaria que condensa toda agua posible: llover/llorar/enraizar/abonar todo aquello que con la delicadeza de lo que florece amortigüe la aridez.

Te recuerdo invierno
El poeta, en expresión de su conocimiento y respeto por el lenguaje, elige solamente poner puntos finales en los poemas, los intermedios los evita para jugar a la continuidad leyente. Cuanto más se aleja de la sintaxis tradicional, el poema parece ganar en el juego de lo espacial detenido habilitando tangentes de significado.
Sus poemas están ubicados en las páginas de la derecha solamente, dejando un profundo espacio en blanco en el papel de la izquierda. Nadie que lea poesía pasa por alto semejante atrevimiento. Visualmente evoca una soledad en la que se encuentran los versos, ínfimos en un blanco enorme. Al leerlos, entendemos que semejante hondura temática requiere un silencio intenso. El acierto editorial de rodear el poema con este excesivo mutismo, provoca focalización lectora y colabora con otorgar el tiempo necesario para respirar en el frío.
A medida que los poemas avanzan, aparecen escenas que buscan la simpleza, el viaje inmediato al mundo de la infancia en la que no todo es florecer, no todo es lana y abrigo; dolores niños que vuelven acompasados por una voz madura que los enuncia en precipicio íntimo. Recordar en este libro es hacer silencio, es tener frío, es esperar el invierno. Leerlo es como cuidar esos recuerdos que se vuelven cercanos a quien lee. Poemas que nos llevan a revisar y aprender de vuelta los indicios que la infancia tan claramente nos otorgaba, sentirlos helado dulce y fuego.

Quién es Mauricio Giulietti
Mauricio Giulietti nació en Neuquén en 1981, es Profesor en Letras por la UNCo; además de ser poeta, trabaja como docente y mediador de lecturas. Co-coordina el proyecto editorial Cosa Seria en el que se promueven materiales literarios en espacios culturales, encuentro con poetas, venta, ferias, promoción y edición de libros de poesía.
Publicó en 2021 "La espalda de la noche" por Ruedamares Editorial y su cuento “El color de los zapatos” obtuvo premio en el Concurso Patagónico “40 años de la gesta de Malvinas” del Ente Cultural Patagónico.
