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Miércoles 25 de Junio, Neuquén, Argentina
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La postal patagónica que la NASA eligió como “Picture of the day”

Un científico de Bariloche logró que una de sus fotos fuera seleccionada por la NASA. Astrofotografía, cielos patagónicos y la pasión por mirar el universo con ojos curiosos, paciencia y precisión.

Miércoles, 25 de junio de 2025 a las 14:25
"El resultado no pudo ser mejor", asegura (Fotos: gentileza Martín Moliné)

“Al tomar esta fotografía sentí más frío que nunca, pero la inmensidad del universo y la calidez de presenciar una noche despejada tras una tarde lluviosa y nublada lo compensaron”. Así describe Martin Moliné – astrofotógrafo aficionado de Bariloche – sobre  el momento en el que tomó la imagen que, luego, fue seleccionada por la NASA como una de las mejores postales del cielo nocturno.

 

Del Limay al cosmos

La plataforma APOD (Astronomy Picture of the Day) es un reconocido sitio de la NASA que, desde hace 30 años, publica a diario imágenes impactantes del universo. “Hace años que sigo ese espacio y siempre me deslumbraron las fotografías que compartían. Nunca imaginé que alguna vez podría tener una foto publicada allí”, cuenta Martín.

"Astrofotografía y otras cosas", describe en su perfil

 

El reconocimiento llegó luego de un recorrido inesperado. “Hace unos meses obtuve el segundo premio en un concurso del Instituto de Astrofísica de La Plata (CONICET), y tiempo después capturé la imagen que fue seleccionada. Me gustó mucho el resultado, así que la compartí en un grupo de Facebook llamado Sky. Tuvo muy buena repercusión, y días más tarde recibí un correo de los editores de la NASA informándome que mi foto estaba siendo considerada (textual)”, relata.

Y continúa: “No supe más nada, hasta que semanas después me pidieron que revisara el texto que acompañaría a la imagen. Estaba con mis hijos en el trabajo y, al leer la noticia, ellos fueron testigos de mi enorme alegría. No lo podía creer: fue un orgullo inmenso ser reconocido por un sitio tan prestigioso”.

La fotografía fue tomada en Valle Encantado, un paraje imponente a 65 kilómetros de Bariloche, famoso por sus formaciones rocosas volcánicas y la belleza del río Limay. “Es un paisaje nocturno que muestra la parte norte de la Vía Láctea a la izquierda, Venus muy brillante a la derecha, y la aparición inesperada de satélites Starlink. Además, pueden verse varios satélites cruzando la imagen y dos estrellas fugaces de la lluvia de meteoros Eta Acuáridas”, describe Martín.

Es una escena cargada de elementos naturales y artificiales en una sola toma. Además, el río me regaló un poco de bruma, que le dio un toque místico y enriqueció la composición. Fue una mezcla de planificación y mucha suerte”, concluye.

"Picture of the day", según la NASA

 

Pasión por el cielo: ciencia y fotografía

“Un astrofotógrafo se dedica a capturar imágenes del cielo nocturno utilizando diversas técnicas específicas y conocimientos de astronomía para componer”, explica Martín, quien lleva adelante esta actividad como un apasionante pasatiempo que combina con su labor científica. Este barilochense es Doctor en Bioquímica, Licenciado en Ciencias Biológicas, investigador del CONICET y docente en la Universidad Nacional del Comahue.

"Una enorme cola de gas de un cometa fantasma. Era el rastro de un viajero", dice sobre esta captura.

Su interés por la astrofotografía tiene raíces profundas. “Nace de mi gusto por la ciencia y la astronomía: comenzó cuando tenía seis años y fui testigo del paso del cometa Halley. Por otro lado, la fotografía siempre fue un lindo hobby. Ambas pasiones se unieron gracias al investigador Guillermo Abramson, quien escribió una nota sobre mi primera astrofotografía: el gran cometa McNaught en 2006, publicada en la revista Astronomy. Después de algunos años, retomé esta actividad, combinando mi amor por la ciencia y la fotografía”, relata.

Para sus rutinas de captura nocturna, Martín utiliza una cámara réflex y una variedad de lentes, “la mayoría angulares”, aclara. “También es clave contar con un trípode muy firme. Y para muchas tomas uso un dispositivo llamado Star Tracker, que permite compensar el movimiento de rotación terrestre durante largas exposiciones. Eso me permite obtener imágenes nítidas y detalladas del cielo”, explica.

Toda la constelación de Orión.

 

Un año, una foto

La fotografía tomada por Martín fue publicada el pasado 14 de junio en el sitio oficial de la NASA, Astronomy Picture of the Day, bajo el título “Meteors and Satellite Trails over the Limay River” (“Meteoros y rastros de satélites sobre el río Limay”). La imagen sorprende por su capacidad de unir mapas celestes y geografía terrestre, lo infinito y lo fugaz, la inmensidad del cielo y la belleza de un instante.

“Está tomada desde el mirador conocido como el Dedo de Dios, en Valle Encantado. Es un punto panorámico al que se llega tras una caminata de unos 30 minutos”, cuenta.

Otro paisaje astro-patagónico: esta vez desde La Buitrera (Bariloche)

 

La foto no fue azar, sino que hubo una planificación meticulosa. “La tenía pensada desde hacía un año. El día anterior subí para definir el lugar exacto donde ubicar la cámara y ajustar los últimos detalles de la composición. Después, volví a la medianoche, acomodé todo el equipo y esperé el momento justo”, relata.

Martín asegura que fue una de las imágenes más complejas que ha realizado: “Por un lado, porque llevó un año desde que la imaginé hasta que pude concretarla. En el camino, implicó calcular y recalcular mil veces la posición de cada elemento. También hubo que elegir el sitio exacto, prever cómo exponer, cómo encuadrar y cómo equilibrar todos los elementos del cielo para lograr un buen revelado digital”.

"La astrofotografía me obliga a contemplar el cielo con paciencia", comenta Martín

Pero además del proceso técnico, estuvo el desafío físico: “Tuve que cargar todo el equipo durante la noche, en condiciones frías, y permanecer a la intemperie durante horas”, agrega. “La escena reúne muchos elementos y técnicas distintas, y es el resultado de un largo camino de aprendizaje en esta disciplina”.

La astrofotografía, dice Martín, exige tiempo y precisión. “Fui aprendiendo con la práctica. Hoy puedo imaginar mentalmente cómo va a quedar una foto, y muchas veces el resultado final se parece mucho a esa idea inicial”.

“Lo que más disfruto de la astrofotografía es que me obliga a contemplar el cielo con paciencia, a mirar el infinito como cuando era un niño. Me hace imaginar, pensar. Y me permite unir mi fuerte —la ciencia— con lo que siempre admiré: el arte. Compartir estas imágenes, inspirar a otros a observar el cielo y a reflexionar sobre nuestro lugar en el universo, es profundamente gratificante”, concluye.

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