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Jueves 24 de Abril, Neuquén, Argentina
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De leyenda a realidad: el emotivo hallazgo de un barco hundido

Tras un intenso trabajo de investigación y buceo, un cineasta barilochense cumplió el sueño de encontrar el vapor Helvecia hundido en el lago Nahuel Huapi en 1906.
Sabado, 19 de octubre de 2024 a las 18:19

Cuando Nicolás Mazzola tenía ocho años, su papá Juan Carlos – pionero del buceo en Bariloche– le contaba la historia de un barco hundido en las profundidades del lago Nahuel Huapi, en Bariloche. Casi como una leyenda, esa especie de cuento se fue transformando en el deseo concreto de encontrar sus restos.

Luego de un intenso trabajo de investigación, se pudo ubicar con precisión el lugar del naufragio y se conocieron las primeras imágenes subacuáticas del Helvecia, tras su naufragio de 1906. 

 

 

 

Helvecia, tragedia acuática

El Helvecia fue un vapor fabricado en Glasgow y encargado por el norteamericano James Leeds, dueño de la Compañía de Maderas del Neuquén, con una concesión forestal en varias hectáreas de la zona del Nahuel Huapi. Sería utilizado para transportar rollizos de maderas que ingresaban por Puerto Blest hacia Argentina. La embarcación llegó desarmada a Buenos Aires y desde allí la transportaron en 30 carretas hacia el sur.

La embarcación perteneció a Leeds hasta 1905, cuando se la vendió a la sociedad comercial Hube y Achelis, que exportaba materias primas a Europa y compraba manufacturas procedentes de los puertos de Hamburgo y Bremen.

Fue el último día de 1906 cuando el vapor Helvecia emprendió su último viaje y se hundió tras una gran tormenta, llevándose también la vida de seis tripulantes chilenos que aquel día murieron en el naufragio.

 

 

 

La vida subacuática

Nicolás es de Bariloche y estudió Bellas Artes en la Universidad Nacional de La Plata. Si bien trabajó como camarógrafo –abajo y arriba del agua – en canales de televisión y en proyectos propios y ajenos, según cuenta “siempre me preparé para hacer la búsqueda del Helvecia”.

En su trabajo se define como realizador audiovisual subacuático, y explica: “habitualmente me llaman de proyectos donde quieren realizar rodajes bajo del agua y se planifica para la logística y la puesta de cámara subacuáticamente, pasando por los elementos de buceo (tanques y reguladores), escenografía que se sumerge o vestuario específico y trabajo con actores o stunt (dobles de riesgo). En otros casos es retratar fauna o flora”.

También desde muy pequeño, y nuevamente de la mano de su padre, Nicolás conoció el mundo subacuático y descubrió su pasión por lo audiovisual: “pasé mi infancia entre alumnos y prácticas de buceo. Después fui el asistente de mi viejo y meterme en cada lugar donde mi viejo iba a trabajar como buzo de salvamento, reflotar embarcaciones, colocar bombas de agua, sacar autos del agua, guiar personas, hizo que a los 13 me formase formalmente como asistente de buceo y buzo profesional”.

 

 

 

Y añade: “tras la necesidad de dar clases teóricas, donde se observaran destrezas de buceo, mi viejo escribe un manual y hace el primer video didáctico de enseñanza del buceo. Yo lo ayudo y eso me abrió las puertas del mundo audiovisual”.

“Además en casa se veían todos los capítulos de Cousteau y todo lo que fuera abajo del agua. Ya de chico tenía esa fascinación por querer filmar bajo del agua”, recuerda.

“Bajo del agua es un mundo diferente, es por ello que lo primero que sentimos es la ingravidez, como volar bajo del agua. Después tenemos la amplificación de sonidos de la naturaleza (cuatro veces más que en superficie) . Otra cosa que es muy linda es vivir la experiencia del contacto animal, desde una ballena hasta truchas del lago. Teniendo la cámara se puede retratar este mundo tan secreto”, describe.

 

 

 

El dato que lo cambió todo

“Desde que tenía ocho años mi viejo me contaba la tragedia del Helvecia y que nunca se había dado con los restos. Después los alumnos le consultaban sobre esta historia mítica de Bariloche y juntos salíamos a buscar sus restos. Compartíamos un buceo entre padre e hijo, con la aventura de encontrarlo. Siempre soñé con contar la historia y hacer la película del Helvecia”, comparte Nicolás.

Con este deseo como horizonte, y tras el fallecimiento de su papá en 2017, el cineasta barilochense comenzó un trabajo más metódico en la búsqueda del navío hundido. “No sólo buceamos mil veces en el agua sino que con la ayuda de un amigo de mi padre, Pablo Sigüenza, y un amigo mío, Lucas Bonfanti, buceamos en los registros, en los diarios, en cualquier archivo donde hubiera algo del Helvecia”, destaca.  A esa investigación, se sumaron rastrillajes con una ecosonda facilitada por Pablo Vigliano y Magali Rechencq, de la Universidad Nacional del Comahue.

 

 

 

“No contabilizamos las veces que nos sumergimos pero en la semana nos metíamos alrededor de dos veces por día durante cinco días a la semana alternadas a veces por el mal clima pero solíamos hacer un buceo a la mañana y otro posterior o a la tarde”, afirma.

Con pocos resultados a la vista – “en una de esas salidas salió un imagen fantasma (una mala muestra de lo que podía ser algo)”, dice Nicolás – el equipo de trabajo dio con un estudio del CONICET y el Grupo de Estudios Ambientales del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC, CONICET-UNCo), encabezado por el geólogo Gustavo Villarrosa, a través del cual se han estudiado episodios de gran importancia para la sociedad de la región andino patagónica, como el llamado lagomoto en Bariloche, que fue el evento asociado al gran sismo del 60. 

Los resultados fueron publicados en 2009 en un trabajo científico que explica los mecanismos que, asociados al movimiento sísmico, dispararon el deslizamiento del sustrato donde se asentaba el puerto, que produjo el hundimiento del muelle junto con embarcaciones amarradas y generó una gran ola de tsunami que fue observada por gran cantidad de personas.

 

 

 

“Este estudio hablaba de anomalías, es decir, diferencias en el fondo en relación al relieve natural, y es así que con el desarrollo de fotometría y nuevos cálculos fuimos cerrando la búsqueda. Salimos con Pancora Robótica, que tenía una cámara de deriva (cable largo y una cámara en la punta), y es así que encontramos el vapor Helvecia a través de un monitor”, relata.

Y prosigue: “descendimos los primeros metros y la polución de la ciudad generaba un colchón de sedimento, pero tras descender por el cable, la profundidad se fue aclarando y desde las sombras se formó el vapor que estaba intacto”.

“Al ver el Helvecia se me inundaron los ojos de lágrimas, entre la euforia del descubrimiento y el recuerdo de mí viejo. En lo profundo del lago mirando el naufragio fue como reencontrarme con él”, expresa Nicolás.

 

 

 

 

Patagonia, historias por descubrir

Toda esta historia y material es parte del largometraje documental "La búsqueda del Helvecia", dirigido por Nicolás. El proyecto resultó premiado por el INCAA en la 13° edición del “Concurso Federal de Desarrollo de Proyectos de Largometrajes Raymundo Gleyzer”, por la región Patagonia.

El film fue realizado por la productora Acuanauta films, la cual genera contenido audiovisual subacuático. “Hay muchos más sobre el lago e historias que están en proceso de escritura. Pero realizamos contenido como servicio a otras producciones”, indica Nicolás.

“La Patagonia guarda muchos secretos e historias que están buenas para retratar, como la flora y la fauna, y hay muchos temas en cuestiones de ecología también. Y siempre desde un punto de vista en que el ser humano es parte de la coexistencia entre el medioambiente y la vida diaria”, concluye.

 

 

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