Nido de la Tierra

Bendita floración

La naturaleza, además de ser milagrosa, es meticulosa y se asegura de que todo suceda cuando debe suceder. Es así que todos los años, para fines de septiembre, en el Alto Valle ocurre un evento natural espectacular.
martes, 24 de septiembre de 2019 · 22:13

Por María Marta Martínez

Llega septiembre y en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, comienza una cuenta regresiva. En pocos días, la primavera va a hacer su magia. Cada año, entre el 20 y el 29 de septiembre (aproximadamente), los frutales de pepita, principalmente de peras y manzanas, protagonizan un acontecimiento biológico maravilloso y trascendental para la producción frutal.  

Dos ingenieros con gran experiencia en el Alto Valle, Ariel Adaro y Rubén Schiebert, nos cuentan de qué se trata.

Con ustedes, LA FLORACIÓN.

“La floración es importante porque es la antesala de una nueva producción”. Ing. Rubén Schiebert

“La floración es la concepción de un nuevo fruto, donde se junta una parte masculina y una femenina para formar un fruto. Para eso deben desarrollarse condiciones óptimas de temperatura, humedad y movimiento de insectos”. Ing. Rubén Schiebert

“A partir del primer brote de la primera flor se inicia una actividad biológica fabulosa que empieza con el desarrollo de la flor y lleva a la formación del fruto. Divisiones celulares, crecimiento, tiraje de ramas y hojas que es la canopia (parte verde de las plantas). Todo eso se da a una gran velocidad. En 100 días prácticamente habrá un fruto formado y empezamos con la cosecha”. Ing. Ariel Adaro  

“Nosotros viendo la cantidad y calidad de flor, podemos prever la futura cosecha porque la fruta que va a quedar no es más de un 8% de toda la flor que vemos”. Ing. Ariel Adaro.  

“Este proceso se ayuda con abejas. En nuestro caso, de la floración de pera y manzana, se produce con el viento. Se tiene que juntar el polen que llevan las abejas en sus patas con la parte femenina de la planta. Es una tarea importantísima. Gracias a las abejas podemos tener un nuevo fruto”. Ing. Rubén Schiebert. 

“La planta es inteligente y regula su carga de fruta. Si una floración es muy abundante las flores que van a quedar viables para desarrollar fruto serán la cantidad que el árbol pueda soportar y alimentar hasta el día de su cosecha. No se queda con carga extra si no puede aguantar”.  Ing. Rubén Schiebert

“Este es un momento muy importante. Aparte de ser muy lindo a la vista es importante por todo este fenómeno natural. Pero, a su vez es el más difícil de pasar porque en nuestra zona tenemos las heladas primaverales que se dan justamente en el momento de la floración. Si se produce una helada se pierden flores, por lo tanto se pierde fruta. Y si las heladas son muy severas se puede llegar a perder toda la producción. Son dos situaciones que viven juntas. La alegría de ver florecer una planta y la angustia si hay helada”. Ing. Rubén Schiebert

“Para nosotros que trabajamos en la actividad agrícola dedicada a frutales de pepita, a partir de este momento se van acelerando todos los tiempos. Vemos la flor de esa planta y ya estamos pensando en cómo protegerla para que forme el fruto, en su crecimiento, en las necesidades fisiológicas, en los tratamientos culturales y sanitarios, en las fertilizaciones correspondientes. En 3 meses van a estar listas las distintas variedades de fruta y realmente pasa muy rápido”. Ing. Ariel Adaro.

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