La Ciudad de Buenos Aires tomó una decisión que armó revuelo e impuso controles de alcoholemia -por ahora ausentes- como parte de un amplio operativo de seguridad para el Superclásico entre Boca Juniors y River Plate, que cuenta con la presencia de 1.300 efectivos policiales y comenzó a las 4 de la mañana de este sábado, 12 horas antes del inicio del partido por la Liga Profesional del fútbol argentino 2024.
Aunque inicialmente se habló de una política de alcohol cero que hizo estallar a los hinchas -en especial por alterar las famosas ‘previas’ multitudinarias en torno a La Bombonera-, el subsecretario de Seguridad Ciudadana y Orden Público del Gobierno de la Ciudad, Maximiliano Piñeiro, aclaró que habrá un límite permitido de 0,5 gramos de alcohol en sangre. Es más, el test sería solo para personas visiblemente alcoholizadas por lo que se pudo averiguar.
El objetivo es controlar el consumo excesivo, por lo que el Ministerio de Seguridad ya coordinó con Boca para que el club se encargue de implementar los controles con pipetas para soplar en los accesos al estadio, abiertos desde el mediodía. Es un sistema idéntico al que se usa para el tránsito.
Según vendedores ambulantes contaron en los alrededores de la cancha de Boca, el consumo se mantuvo igual respecto a partidos anteriores. Esto se contrapone con lo que se creía en la previa: la lógica indicaba que nadie quería quedarse afuera por una cerveza o un Fernet de más.
"Venimos notando que se viene incrementando mucho la ingesta de alcohol antes de los partidos, y para empezar a contrarrestar eso tenemos que decirle a la gente que empiece a entender que la ley impide el ingreso a eventos masivos de personas alcoholizadas", había explicado Piñeiro en radio La Red.
Además del partido, el despliegue contempla el desarrollo de los festejos por el Día de la Primavera, que habitualmente reúne multitudes en las plazas y parques de la Capital Federal, por lo que está reforzada la vigilancia en esos espacios públicos.
A esto se suma que, a pesar de no haber visitantes (el último Súper así en La Boca fue hace 11 años), tanto hinchas de River como agrupaciones de Boca organizaron banderazos en los hoteles de concentración de los equipos, ubicados a menos de 20 cuadras de distancia entre Puerto Madero y el Microcentro porteño, respectivamente.
El operativo, que incluye también agentes del GCBA y personal de seguridad privada contratado por Boca, está también para vigilar los alrededores del estadio, prevenir la aparición de "trapitos" e impedir la reventa ilegal de entradas, con precios cómodamente por encima de los 100 mil pesos. Todo sea por otro Superclásico en paz.