Por supuesto que desde el periodismo lo que se busca es conocer anticipadamente la primicia de a qué se va a referir el Jefe del Ejecutivo. Es como la presea del periodista o del columnista. Tener la noche anterior lo que va a anunciar el Gobernador es como clasificar para una olimpiada.
En el caso neuquino esto –en la actual coyuntura- era como un secreto a voces; el gobierno tiene los mismos problemas desde hace ya un lustro: una realidad virtual y una realidad real. En romance simple, es sencillo: la lucha entre lo que realmente es la realidad económica y lo que la sociedad proyecta a partir de lo que el nuevo paradigma energético anuncia. Y eso genera una dualidad que complica la vida diaria y por supuesto la gestión desde los despachos.
Lo real es la planilla diaria de la Tesorería que indica que es lo que hay en caja y lo virtual es la proyección en el imaginario social de lo que genera la actividad petrolera.
En ese contexto el gobernador Jorge Sapag pulió su discurso e hizo frente a los diversos temas que forman parte de la realidad política de la provincia. Habló e hizo referencia a todas las cuestiones que acucian al Estado provincial. Dio su visión de la mayoría de los acontecimientos que afectan la vida diaria de los ciudadanos y también dejó en claro cuál es la impronta que va a darle a los mismos. Es decir, aquí estoy, este es mi Gobierno y esto vamos a hacer.
La agenda del Estado es bastante elemental, debe responder a las demandas básicas de la sociedad. Salud, Seguridad, Educación. Algo que parece circunscribir al Estado a una agencia de servicios elementales. Sin embargo la cuestión trasciende ese contexto, al menos en esta etapa histórica. Pero más allá del esfuerzo no logra instalarse el debate o al menos no hay en la dirigencia opositora un conjunto de ideas que confronte con lo que está pasando en la provincia, la banalidad de remitirse al prolongado tiempo de permanencia en el poder del MPN no es en sí mismo una plataforma para el cambio. Sin embargo, una declaración no publica, pero publicada puede generar una polémica o instancia de debate que nadie imaginaba.
Saltó la liebre
Hoy sorpresivamente en su página de Facebook el presidente del TSJ -asumido hace apenas unos días- Oscar Massei opinó raudamente sobre el discurso del gobernador Sapag al postear en su muro lo siguiente: "Hace exactamente 45 días que entró en vigencia en nuestra Provincia el Código Procesal Penal. Más de diez años de debate y discusión. Cuando se sanciona en el año 2012 no hubo más que elogios y en especial de ser único en la República Argentina, ágil, moderno, respetando las doctrinas más avanzadas y el total respeto por los diferentes tratados internacionales. Se gastó, no invirtió, importantes sumas de dinero con la presencia de presuntos eximios tratadista en la materia del exterior y de nuestro País, se viajó en reiteradas oportunidades para aprender de las experiencias de la República de Chile. Diariamente vemos en la pantalla del canal local los dineros que se gastan de la Legislatura haciendo publicidad de lo que se ha conseguido con este Código "UNICO EN EL PAIS".
Es inevitable hacer mención a la situación que se genera a partir de las declaraciones de Massei -aunque anoche a última hora no había en su muro de Facebook ninguna referencia a esto que reproducimos textualmente-.
A lo mejor se inicia un debate ideológico. Algo propicio en una instancia política-económica en que Neuquén comienza una nueva etapa histórica de su desarrollo.
Pero no sería mejor que sean los dirigentes políticos de la oposición quienes hagan estas observaciones?
Massei Y Sapag son dos dirigentes que tiene una formación política por encima del resto de los referentes políticos, pero ambos son cabezas de poderes del Estado, una instancia que seguramente nos privara de un debate de alta calidad política, algo que en Neuquén hoy es un bien escaso.
M.E.G.