Un pastor evangélico de la provincia de Chaco sorprendió a su comunidad religiosa y al público en general al asegurar, durante una reciente prédica, que logró convertir $100.000 pesos argentinos en U$S100.000 dólares “gracias a la fe y la intervención divina”.
La declaración, que rápidamente se viralizó en redes sociales, generó una ola de reacciones que oscilaron entre la incredulidad, la burla y el fervor religioso. Según el testimonio del líder espiritual, el supuesto “milagro financiero” no habría sido producto de ninguna operación bancaria ni estrategia económica, sino una “recompensa de Dios” por su devoción.
“Cuando uno cree de verdad, Dios responde. Yo puse $100.000 en oración, y me lo devolvió multiplicado”, habría dicho el pastor en medio de aplausos de sus fieles durante un culto grabado en video.
La historia despertó polémica, no solo por la magnitud del supuesto cambio —que implicaría un incremento del 100.000%— sino también por el contexto económico actual, marcado por la inflación, la brecha cambiaria y las dificultades para acceder al dólar oficial.
Hasta el momento, el pastor no presentó evidencia concreta que respalde su afirmación. Tampoco está claro si se trató de una metáfora espiritual, una exageración retórica o una estrategia de impacto emocional para captar más seguidores o donaciones.
Organizaciones religiosas de la región evitaron pronunciarse sobre el caso, mientras que usuarios en redes sociales cuestionaron la veracidad del relato y advirtieron sobre el uso de discursos milagrosos para manipular emocionalmente a comunidades vulnerables.
Economistas y especialistas en finanzas calificaron el episodio como “fantasioso” y advirtieron sobre el riesgo de “generar expectativas irreales” en un país donde el poder adquisitivo se encuentra en constante deterioro.
El hecho, aunque anecdótico, reabre el debate sobre el uso de la fe en contextos de crisis económica y los límites entre la espiritualidad, el negocio y la credulidad popular.