LA POLÍTICA EN NEUQUÉN
El MPN se retroalimenta de su proyección nacional
La construcción política electoral del año se precipita. Hay cuatro sectores principales, y dos planos a jugar: el nacional y el municipal capitalino.El año no será fácil, ni mucho menos, pero hay una distancia cada vez más grande en la diferencia de expectativas que se insinúan desde la conducción del Estado neuquino, respecto del panorama que había en los últimos meses del año pasado. Neuquén, con un acuerdo con los gremios, que no llegan a molestar los sectores disidentes de ese mismo sindicalismo vinculado al Estado; con finanzas en recuperación; y con un protagonismo creciente en el ámbito nacional nacido de la reconstrucción productiva en Vaca Muerta, siente en sus estratos dirigenciales que hay razones para el optimismo. Moderado, pero optimismo al fin.
Desde la plataforma de una recién inaugurada plataforma de una estación de servicios en Añelo, se percibió ese moderado optimismo. Allí, el presidente de YPF, Pablo González, confirmó que Vaca Muerta recibirá la mayor inversión de la petrolera en el país: con el aporte de sus asociados, llegará a los 2.600 millones de dólares en el año. Esa noticia es parte de una base con mayores márgenes de seguridad para las finanzas neuquinas, que se podrán complementar bien con el protagonismo político que eso significa, a partir del resurgimiento de la Ofephi, que estaba absolutamente devaluada, la presidencia de ese organismo en manos de Omar Gutiérrez, y acciones concretas que pasarán por allí, como, por ejemplo, la nueva ley de hidrocarburos que alentará el gobierno de Alberto Fernández en el Congreso, proyecto que pasará por la Ofephi para ser “enriquecido”, eventualmente, desde la consideración de las provincias productoras y sus intereses.
La Ofephi pasó en pocos meses de no ser nada más que un recuerdo de otros tiempos, a recuperar protagonismo político e incidencia en la política petrolera, de un gobierno que necesita imperiosamente tener a los gobernadores de provincias de su lado, en función -en buena medida- de la despiadada pelea interna que sostiene y se agrava por momentos. La producción energética es clave para la recuperación económica. Esto lo saben perfectamente Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Martín Guzmán, Axel Kicillof. Pero no hay una sola receta, sino un intercambio furibundo de libretas doctrinarias y pragmáticas acerca de qué hacer con la riqueza del subsuelo argentino. Los gobernadores juegan en ese mar embravecido con un interés más primario y tal vez más genuino: que aumente la producción porque sus raídas faltriqueras dependen de ese insumo. Todas las peleas que se puedan armar con intereses subalternos no distraen a los gobernadores. No, al menos, al de Neuquén, enfocado obsesivamente en la roca madre de Vaca Muerta.
El posicionamiento nacional y patagónico de Gutiérrez proviene de esa certeza. Y avanzará en los próximos meses. La reunión que viene, de la Ofephi, se hará en Chubut o Santa Cruz, y la otra, que sería la tercera, se hará en Neuquén, con la presencia del presidente Fernández. Ese momento marcará un espaldarazo para la producción de petróleo y gas no convencionales, una especie de hito, que seguramente se buscará hacer coincidir, para el caso neuquino, con el rol del MPN en él, y la reafirmación de esa circunstancia apuntando a las elecciones de este año y a las que vendrán en 2023.
Mientras tanto, la actividad gubernamental y política de Gutiérrez se incrementará. Seguirá la ronda de reuniones con el gabinete en pleno en distintas ciudades de la provincia. “Mucho territorio”, se define en las oficinas donde se teje la estrategia. A los encuentros ya realizados en Manzano Amargo, y en Zapala, se le sumará Piedra del Águila. Y habrá más encuentros del gobernador y su gabinete tomando contacto directo con las localidades, sus necesidades y planteamientos. Podría decirse que se vuelve a la modalidad de hacer política in situ, ya sin la virtualidad impuesta por los zooms de la pandemia.
En el plano estrictamente político electoral, el candidato oficialista, que es Claudio Domínguez (aunque no esté formalizado) ya le dio una vuelta completa a la provincia, y comenzará a sonar en el distrito capitalino, con una campaña cada vez más intensa que se alienta desde punteros y conductores de grupos vinculados a la asistencia social directa. Se aclara, no obstante, que los candidatos del MPN “se definirán recién a mitad de año”. La campaña tiene, además, una consigna, por ahora susurrada hacia el interior del partido provincial como para desalentar cualquier trastada que se pretenda hacer, cualquier irreverencia mal entendida. Esa consigna, esa premisa general, salió de la boca del propio gobernador y presidente del partido: “Lealtad y nobleza”. Cada quien la entenderá a su manera. Habrá que esperar los resultados.
El proceso de construcción electoral está en marcha no solo en el MPN. La UCR acaba de definir una nueva conducción, con Juan Peláez, que implica el retorno de quienes habían sido corridos por la omnipresencia de Horacio Quiroga. El radicalismo entró en una fase de superación de dos décadas que fueron marcadas a fuego por el cuatro veces intendente capitalino. Eso incidirá en cómo se integrará Juntos por el Cambio, coalición que busca redefinirse aceleradamente este mismo año, con referentes como David Schlereth, y, más a la derecha, Francisco Sánchez; mientras agitan desde las incesantes recorridas “mano a mano” por hogares neuquinos, los pacientes sembradores de oportunidades, Marcelo Bermúdez, y Leandro López. Los objetivos son los mismos para todos: la elección municipal y la nacional. Bancas en el Deliberante y en el Congreso, se buscan.
Los otros dos sectores que están en plena actividad, son el peronismo-kirchnerista, y la Democracia Cristiana, definida, en una parte, como colectora de sectores del MPN y del peronismo no kirchnerista. Los peronistas vienen de hacer una reunión de catarsis para aliviar la tensión de la sórdida guerra entre Cristina y Alberto. Tres nombres son clave: Oscar Parrilli, Darío Martínez, y Marcelo Zúñiga. Ese triunvirato, unido solo si es imprescindible, marcará la cancha de las candidaturas para el Congreso -que tanto necesita Cristina- y para el Deliberante capitalino, que tanto necesita quien asumirá la responsabilidad de representar al sector en las elecciones del 2023. La Democracia Cristiana es, fundamentalmente, Jorge Sobisch. El veterano ex gobernador construye, a su manera, la opción a cualquiera de las continuidades oficialistas.
Todos tendrán su oportunidad en los próximos meses. Se posicionará mejor quien mejor interprete la realidad del pueblo neuquino y argentino de este tiempo. No es tan fácil sintonizarla en su justa dimensión. La realidad es eso físico que se desprende de las pantallas del mundo virtual en el que nos solazamos, engañados y tristes.