POLÍTICA EN NEUQUÉN

Una paradoja entre el petróleo en alza y los bolsillos en baja

Es posible que en este verano comience el choque concreto entre lo que mejora y lo que empeora en la sociedad neuquina.
sábado, 6 de enero de 2024 · 11:38

El sostenido incremento de la actividad en los yacimientos de Vaca Muerta es, obviamente, una buena noticia para Neuquén. El año pasado registró un récord de perforaciones, liderado ampliamente por YPF; y enero acentúa, por ahora, esa tendencia creciente e intensa, presuntamente por las señales favorables a las petroleras emitidas por el gobierno nacional, decidido, al menos por ahora, a llevar los precios a un nivel competitivo internacional, lo que garantizaría mayores (y cuantiosos) ingresos directos, vía regalías, a la provincia gobernada por Rolando Figueroa.

Pero lo que constituye una buena noticia macroeconómica, es también una mala noticia, en lo inmediato, para los ciudadanos que son derrotados, día a día, por la inflación alta. La suba en el precio de los combustibles, y la que viene en las tarifas, sostendrá esa alta inflación, pues el costo de la energía se “derrama”, de manera despareja, aunque inexorable, en el resto de los precios.

Esta paradoja, entre el incremento de la actividad productiva principal de Neuquén, y los bolsillos decrecientes de la mayoría (no todos) de sus ciudadanos, se dibuja en el cielo inmediato, con efectos directos sobre los planes de la gestión de Figueroa; pues, el Estado, deberá al menos intentar disimular esa grieta que amenaza con condenar al abismo insondable de la desesperación a, por lo menos, un tercio de la población, que ya estaba pobre, y que ahora solo conseguirá profundizar esa condición indeseable.

El gobierno neuquino tendrá que lidiar, entonces, no solo con una situación general de la sociedad, sino con la específica del mundo estatal, pues los sindicatos no querrán resignar nada, sino, por el contrario, coparticipar de los mayores ingresos. En concreto, el punto será mantener o no el actual sistema de actualización salarial automática, algo que, en su momento, al establishment le pareció una buena idea, a despecho del creciente deterioro de las cuentas y de los servicios del propio Estado, que se han ido deteriorando hasta alcanzar niveles preocupantes.

La discusión concreta se dará ya, en este verano. Lo que se pondrá a prueba, nuevamente, es si el diálogo (entre el gobierno y los gremios) será, como siempre, y livianamente, se dice, una herramienta eficaz, o no; dicho de otra manera, si servirán las palabras y los argumentos para evitar el conflicto, o si hará falta medir fuerzas en el campo de batalla que sigue a las gestiones diplomáticas.

La única manera en que funcione el diálogo será inducida por la capacidad de intercambio y aceptación que se despliegue sobre la mesa: el gobierno tendrá que dar algo, y los gremios, algo también deberán ofrecer. Ninguna parte deberá olvidar el contexto, que muestra, y mostrará, a una sociedad “civil” (extramuros del palacio) que enarbola pesos sin valor como si fueran banderas del deseo, aguantando (¿hasta cuándo?) la tormenta que arrasa capacidades adquisitivas como el viento se lleva las livianas hojas de los árboles.

El gobierno hará su ajuste, relativamente fácil, achicando el margen de corrupción que toleró la anterior administración, por distracción o desidia. Pero, ese ajuste no alcanzará, pues el contexto pesa cada vez más y la paradoja entre precios a favor y en contra se hace cada vez más grande.

Así, la perspectiva se angosta, y las posibilidades se reducen. El planteo original, de sostener básicamente el mismo modelo de Estado, aunque aumentando su eficiencia, puede entrar en colisión con el propio país que contiene a la provincia: de ahí que habrá que ir midiendo muy bien el éxito o el fracaso de la gestión del presidente Javier Milei. Esa gestión, por ahora, solo ha mostrado un shock inicial más virtual que verdadero, y está a la espera de confirmar qué respaldo recibirá, y, por lo tanto, qué poder real tiene o tendrá, más allá del 56 por ciento de los votos recibidos en aquel lejano noviembre del año pasado.

La paradoja, pues, amplía su incidencia, y plantea un escenario estival con una contradicción que irá haciéndose carne (con perdón de la palabra) en cada argentino: una economía macro con posibilidades de mejora, conviviendo con una mayoría social insatisfecha y con paciencia corta.

Mantenete informado todo el día. Escuchá AM550 La Primera aquí

Seguinos por la tele, en CN247 aquí

Comentarios