El peronismo de Río Negro atraviesa una crisis profunda y visible. Tras la cuestionada participación del sector de Martín Doñate y los intendentes en el Gran Acuerdo Rionegrino que catapultó a Alberto Weretilneck a su tercer mandato, la ruptura del PJ fue inevitable y los intentos de rearmarse con vistas a las elecciones legislativas de medio término se transformaron en un calvario.
El panorama es desalentador. María Emilia Soria, lo dejó claro con una afirmación tan contundente como preocupante: "A los roquenses no les interesa el peronismo y al peronismo no le interesa María Emilia Soria". Con esa frase, no solo reveló su posición en el movimiento, sino también la crisis de representatividad que enfrenta el PJ en la provincia que deja de lado a la intendenta de Roca, el segundo distrito electoral. A pesar de ello, aseguró que apoyará la lista de senadores y diputados que se enfrenten al gobierno de Javier Milei.
La disputa por los nombres en las listas es un reflejo de lo estancado que está el peronismo rionegrino. Silvina García Larraburu busca perpetuarse en su banca en el Senado, donde ya lleva 12 años. Mientras tanto, Martín Doñate también quiere asegurarse un lugar y ser reelecto. Habrá que ver que participación en el armado tiene el hermano de la intendenta Soria, el diputado Martín Soria, quien es noticia en cada una de las sesiones por sus peleas con la libertaria Lorena Villaverde, a la que acusa de tener vínculos con el narcotráfico. Y si esto parece poco, desde afuera, el sector de Juan Grabois decidió impulsar a Adriana Serquis, ex presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), como candidata por Patria Grande.
Cualquier intento de mostrar unidad quedó completamente opacado por el escándalo institucional y político en Catriel, donde la interna se volvió violenta. La intendenta sorista Daniela Salzotto denunció al presidente del Concejo Deliberante, Alberto Ariaudo, quien según la versión oficial ingresó al municipio y exhibió un revólver ante una cámara de seguridad, en un acto de amedrentamiento contra ella y su equipo de trabajo liderado por tres foráneos que manejan las recaudaciones.
Más allá de la gravedad del episodio, las versiones internas indican que el conflicto escaló cuando Salzotto anunció en una radio local que planeaba implementar narco test a funcionarios y empleados municipales por los consumos problemáticos. A esto se sumó la disputa por el manejo de los $720 millones por la prórroga petrolera, fondos sobre los cuales Ariaudo no iba a tener injerencia.
La renuncia de Ariaudo al Concejo Deliberante alivió la presión interna sobre Salzotto, pero dejó expuesta la fragilidad del armado político peronista en Catriel. Su unión siempre fue circunstancial y motivada por el aprovechamiento de los informes técnicos realizados por el presidente del Concejo sobre la actividad hidrocarburífera y las liquidaciones provinciales, herramientas clave para captar votos.
El PJ rionegrino no solo enfrenta un estancamiento en la intención de voto que sería bastante más baja que el 35% de Cristina Fernández a nivel nacional y una opinión pública inclinada en un 50% hacia Milei, sino que también está atrapado en una feroz interna que lo aleja de cualquier posibilidad de recomposición. La frase de Juan Domingo Perón que afirmaba que "Los peronistas somos como los gatos. Cuando nos oyen gritar creen que nos estamos peleando, pero en realidad nos estamos reproduciendo" hoy parece un eco lejano. En Río Negro, por ahora, sólo hay discusiones.