En un escenario de tensiones económicas y políticas que desafían el federalismo argentino, el gobernador Alberto Weretilneck dejó en claro su postura de defensa del provincialismo. En la apertura de sesiones de la Legislatura, su discurso fue un manifiesto combativo moderado contra el gobierno nacional. Además anticipó los ejes de campaña con los que Juntos Somos Río Negro pretende dar batalla por una banca en el Congreso.
El emotivo reconocimiento a los brigadistas del Splif, bomberos voluntarios, policías y médicos que enfrentaron con valentía las devastadoras llamas en El Bolsón fue el preludio perfecto. Weretilneck sensibilizó hasta las lágrimas a los presentes, logrando que la Legislatura entera se pusiera de pie en un aplauso cerrado. Pero aquella escena no fue solo un gesto protocolar: fue el cimiento de un discurso que exaltó el valor de la provincia y su gente, mientras fustigó la inacción de Nación.
El gobernador trazó un panorama sombrío sobre la realidad económica de Río Negro. Su diagnóstico fue tajante: la única actividad con perspectiva de crecimiento es la hidrocarburífera, con la ejecución del oleoducto Vaca Muerta Sur y la instalación de barcos licuefactores de gas en el Golfo San Matías. A esto sumó la ampliación de los límites de la Cuenca Neuquina y la extensión de las concesiones de las áreas maduras. Todo un paquete de medidas que refuerzan la apuesta extractivista ante la decadencia de las actividades de la fruticultura y el turismo, con presente sombrío y porvenir peor ante la falta de competitividad cambiaria.
Al modelo económico nacional le destacó la baja de la inflación, pero denunció una vez más el abandono absoluto de las provincias: "De cada 100 pesos que ingresan al Estado Nacional, a las provincias le llegan apenas 30 pesos", ejemplificó. Los disparos al gobierno libertario siguieron. Las únicas obras públicas que sobreviven son la que paga la provincia. Los pactos firmados con Nación son letra muerta. La quita de la coparticipación federal de impuestos fue el punto álgido del reclamo: "El 42% de los impuestos se los queda Nación y el 57% las provincias. La realidad es que hoy, el 69% se lo queda Nación y el 30,5% las provincias". Un despojo fiscal.
Poner en el otro rincón del ring, sin nombrarlo, a Javier Milei y La Libertad Avanza, sirvió para anticipar por donde irán las batalla electoral de Juntos Somos Río Negro. En una elección polarizada, deberá hacer presión para insertar a su partido en la batalla por alguno de los tres escaños en Senadores o las dos bancas de Diputados. Con esta hoja de ruta, el mandatario plantó la bandera de lo que será el año electoral, que lo tendrá como protagonista aunque no se presente en las listas.
Justificó la adhesión al RIGI. Y, aunque pueda parecer contradictorio, también el pedido del 1% de las exportaciones por Punta Colorada: "Río Negro es dueño de su mar", y explicó que desde que se modificó la ley para exportar hidrocarburos por el Golfo San Matías, las empresas siempre supieron del pedido de Río Negro. Un argumento que cierra filas en su estrategia de convertir los recursos naturales en el pilar del desarrollo provincial.
El mensaje de Weretilneck fue extenso y desafiante. Apuesta todo al provincialismo. La estrategia es clara. Ahora resta definir la táctica a utilizar para que el discurso llegue a los rionegrinos, invadidos por la grieta Nacional cada vez más presente y profunda.