Nicolás Maduro está atravesando uno de los momentos de mayor tranquilidad al frente de su país, luego de resistir los merecidos embates de la oposición y la comunidad internacional. En este marco, intenta salir al mundo y mostrarse junto a sus socios. Esta vez viajó a China, donde espera avanzar en acuerdos económicos y lograr fotos de relevancia política.
Tras pasar por las ciudades de Shenzhen (sureste) y Shanghái (este), y la provincia oriental de Shandong, Maduro ya está en Pekin. Permanecerá en China hasta el día 14, aunque no se ha difundido su hoja de ruta, se da por hecho que se reunirá con el presidente chino, Xi Jinping.
En Shanghái, Maduro se reunió con la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo del grupo BRICS, la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, donde destacó la importancia de la relación de Venezuela con los BRICS y subrayó que el bloque y la institución financiera tienen en Venezuela "un socio, un aliado, un amigo".
Aislado por buena parte de la comunidad internacional, cada vez que alguno de sus socios le da la oportunidad, Maduro aprovecha para mostrarse con apoyos fuertes detrás. En esta ocasión, busca cerrar negocios entre empresas públicas y privadas de su país y de esa región china. China es un socio vital para Venezuela, y esta visita busca fortalecer aún más la cooperación en diversos ámbitos, incluyendo el económico, tecnológico y diplomático.
De esta manera, Maduro sigue la línea de asociación con China inaugurada por su predecesor, Hugo Chávez. Los socios internacionales de Venezuela, a nivel político, distan bastante de tener buena consideración en el mundo. Tal es el caso de Rusia, Irán o Cuba. Sin embargo, son clave en la subsistencia del régimen bolivariano.