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El iceberg "más grande del mundo" se desprendió y navega por el océano

Tras más de tres décadas varado, el gigantesco iceberg de 3.600 kilómetros cuadrados comienza su viaje hacia el Atlántico Sur.
Lunes, 16 de diciembre de 2024 a las 14:17

El A23a, considerado el iceberg más grande y antiguo del mundo, se encuentra ahora flotando a la deriva por el océano Antártico. Este coloso de hielo, cuya superficie abarca unos 3.600 kilómetros cuadrados y un peso cercano a los mil millones de toneladas, estuvo varado durante más de 30 años cerca de las islas Orcadas del Sur. Su desprendimiento inicial ocurrió en 1986, cuando se separó de la plataforma de hielo antártica Filchner.

De acuerdo con la organización British Antarctic Survey (BAS), el iceberg, con placas de hielo de 400 metros de grosor, se rompió parcialmente hace un año, pero ahora volvió a desligarse completamente de su posición y avanza hacia el Atlántico Sur. “Nos interesa ver si seguirá la misma ruta que otros grandes icebergs y qué impacto tendrá en el ecosistema local”, expresó el oceanógrafo Andrew Meijers, quien lidera un proyecto destinado a comprender el efecto de estos fenómenos en los océanos.

Un gigante atrapado por la naturaleza

Durante décadas, el A23a permaneció estancado en la Columna de Taylor, un fenómeno oceanográfico en el que las aguas en rotación retienen objetos en su superficie. Este proceso mantuvo al iceberg girando sobre un punto fijo, retrasando su inevitable desplazamiento hacia aguas más cálidas.

Sin embargo, imágenes satelitales recientes confirmaron que el iceberg retomó su movimiento, siguiendo la corriente Circumpolar Antártica, que lo llevará probablemente hacia la isla de Georgia del Sur. Según las previsiones, las aguas cálidas de esta región acelerarían su fragmentación en bloques más pequeños hasta su completa disolución.

Un tamaño colosal y un impacto incierto

El tamaño del A23a equivale al doble del área metropolitana de Londres y 20 veces más grande que la Ciudad de Buenos Aires. Su desplazamiento podría tener importantes implicancias en el ecosistema marino local, pero los científicos aún investigan si este desprendimiento es una consecuencia del cambio climático o parte de un ciclo natural.

El oceanógrafo Meijers subrayó la importancia de estudiar estos fenómenos para entender cómo los cambios en las capas de hielo antárticas afectan al océano. “Es emocionante ver al A23a de nuevo en movimiento, pero necesitamos más datos para comprender su impacto”, apuntó.

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