Hyundai Argentina experimenta un crecimiento notable en 2025, pero su CEO, Ernesto Cavicchioli, expresó preocupación por la posible apertura sin regulación de la importación de autos usados. Según el directivo, esta medida podría replicar escenarios negativos observados en Perú y el norte de Chile, con consecuencias severas para la industria y el parque automotor local.
Cavicchioli explicó que en países como Japón se exportan vehículos obsoletos, a menudo con volante a la derecha, que luego son adaptados para circular en otros mercados. "Son autos sin controles mínimos de seguridad, sin ESP, sin airbags, sin normas de emisiones", advirtió, destacando que Argentina tiene regulaciones que podrían vulnerarse con la entrada masiva de usados. "Abriríamos una puerta que va en contra del usuario y del estándar que tanto costó construir".
El impacto no sería solo técnico, sino también económico. El CEO señaló que con más de 15 millones de autos circulando, la llegada de vehículos obsoletos a precios de descarte y sin impuestos perjudicaría el valor de todo el parque automotor. "Nadie puede competir con algo que entra a precio de descarte y sin impuestos", sostuvo.
En paralelo, Hyundai registra una expansión destacada en el mercado argentino: en el primer semestre de 2025, los patentamientos crecieron un 600% respecto al mismo período de 2024, muy por encima del aumento general del mercado, que fue del 70%. Este avance se vincula con la eliminación de cupos de importación y la posibilidad de abastecerse desde Brasil con modelos competitivos como el HB20 hatch y sedán. "Por primera vez tenemos un modelo competitivo en el segmento B. Eso nos pone en otra liga", afirmó Cavicchioli.
Consultado sobre una posible producción local, el directivo aclaró que Hyundai aún no considera fabricar en Argentina. "Para que Hyundai piense en una radicación industrial, primero tiene que madurar el volumen", explicó, y agregó que la decisión estratégica se toma en Corea. Sin embargo, reveló que existen conversaciones a nivel global con General Motors para compartir plataformas y tecnologías, lo que podría derivar en una producción conjunta en la región. "Nada es inmediato, pero son diálogos que pueden abrir oportunidades".
Respecto a las recientes medidas del gobierno de Javier Milei, Cavicchioli valoró la eliminación del arancel del 35% para importaciones, la supresión de la primera escala del impuesto interno y la reducción de la segunda del 54% al 22%. Sin embargo, criticó el esquema de incentivos para vehículos híbridos y eléctricos, que establece un tope de 16.000 dólares dejando fuera a muchas marcas, incluida Hyundai. "Tuvimos que bajarnos del cupo porque directamente no llegamos a ese precio".
El CEO sugirió que una solución sería implementar beneficios según la tecnología del vehículo (híbrido, eléctrico, mild hybrid), sin restricciones por precio ni cupos, similar a lo que sucede en Uruguay. "Eso permitiría competir en igualdad de condiciones entre marcas chinas, coreanas, japonesas o europeas. Hoy el 95% de los cupos está siendo utilizado por autos chinos", aseguró.
Mirando hacia adelante, Cavicchioli se mostró optimista pero realista. Destacó que la alianza con Brasil brinda estabilidad y previsibilidad en productos, además de menores riesgos frente a la volatilidad cambiaria. No obstante, enfatizó la necesidad de "reglas claras, menos impuestos distorsivos y una estrategia industrial de largo plazo" para que Hyundai pueda crecer de manera sostenida.
La marca prepara novedades para el mercado local, como el Tucson híbrido 4x4 y la futura llegada del Ioniq 5, uno de los autos eléctricos más vendidos en Estados Unidos. Sin embargo, el precio final con impuestos resulta inaccesible para el consumidor promedio: "Con el 35% y el 22% de impuesto interno, ese auto termina valiendo más de 100.000 dólares", detalló.
Por ahora, Hyundai continuará consolidando su red de concesionarios, fortaleciendo su presencia en el segmento B con productos brasileños y manteniendo el debate sobre el rol de las automotrices importadoras en un mercado tradicionalmente dominado por fabricantes radicados en Argentina. "Estamos acostumbrados a jugar con las reglas que nos tocan. Pero cuanto más claras, mejor para todos", concluyó Cavicchioli.