Se llama Ernesto “Tito” Carci, tiene 67 años, desde el 2008 vive en Mar del Plata, y lo conocen por animar momentos singulares en la noche marplatense: sale a patinar por las calles más concurridas, con solo una sunga que lo cubre y un par de auriculares para escuchar música.
El hombre, oriundo de Buenos Aires, ha encontrado en esta actividad un placer liberador. Lo anima una filosofía simple pero placentera. Y contagia a quienes lo siguen, desde el auto, que ya lo conocen, y disfrutan de la alegría que desparrama con sus gestos mientras hace equilibrio sobre los patines.
Mar del Plata es una ciudad de patinadores/as famosos. Pero no lo tenían a Ernesto entre ellos: es que él no compite, simplemente goza de una libertad a la que los argentinos no estamos muy acostumbrados.