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Nuevos aranceles de Trump: Cuánto podría pasar a valer un iPhone tras la medida

Las medidas del presidente estadounidense afectarán mucho a las compras importadas.
Martes, 08 de abril de 2025 a las 13:00

En un nuevo intento por fortalecer la industria nacional, el Gobierno de Estados Unidos ha lanzado una serie de medidas económicas que buscan repatriar la fabricación de productos de alta tecnología. Esta ambiciosa iniciativa, impulsada por el presidente Donald Trump, podría tener repercusiones importantes en el precio de dispositivos populares como el iPhone. Aunque el objetivo es fomentar el empleo y reducir la dependencia de China, las consecuencias podrían sentirse directamente en el bolsillo del consumidor.

Apple, ícono de la tecnología y el diseño estadounidense, produce la mayoría de sus dispositivos en Asia, particularmente en China. El más reciente de sus lanzamientos, el iPhone 16, podría volverse un artículo aún más exclusivo si la empresa se ve obligada a trasladar su producción a suelo estadounidense. Según datos de TechInsights, el costo de ensamblar un iPhone en Estados Unidos se elevaría considerablemente, no solo por los nuevos aranceles, sino también por los altos costos laborales e infraestructurales.

Hoy en día, producir un iPhone 16 Pro de 256 GB implica unos 550 dólares en componentes, y cerca de 30 dólares adicionales en ensamblaje y pruebas, lo que totaliza unos 580 dólares por unidad. Sin embargo, con la entrada en vigor de un arancel del 54% sobre productos procedentes de China, el costo podría superar los 850 dólares. Para Apple, esto implicaría un fuerte golpe a sus márgenes, a menos que opte por trasladar ese incremento al precio final del producto.

El problema no termina ahí. Fabricar en Estados Unidos no solo significa pagar más por ensamblaje, sino también enfrentar una estructura industrial que no está diseñada para procesos tan intensivos en mano de obra. Según el analista Barton Crockett, de Rosenblatt Securities, ensamblar un iPhone en EE. UU. podría costar hasta 300 dólares por unidad solo en trabajo humano, frente a los 30 dólares actuales en China.

Y aun si Apple decidiera fabricar en su país de origen, seguiría dependiendo de piezas extranjeras. Importar componentes como pantallas, chips y cámaras, también estaría sujeto a impuestos, lo que aumentaría aún más el costo total. Según TechInsights, fabricar cada parte del iPhone de manera local no solo sería extremadamente caro, sino también logísticamente inviable en el corto plazo.

En medio de este panorama, la empresa de Cupertino ya empezó a mover fichas. De acuerdo con The Wall Street Journal, Apple ha comenzado a transferir parte de su producción desde India hacia Estados Unidos como una estrategia para reducir su exposición a los aranceles chinos, que ahora casi duplican a los impuestos aplicados a productos provenientes del subcontinente.

No obstante, el traslado de operaciones no resuelve todos los problemas. La política comercial actual, marcada por la incertidumbre y las decisiones unilaterales, complica la planificación a largo plazo de las grandes empresas tecnológicas. Apple, que aún no ha hecho declaraciones oficiales sobre su estrategia, sigue siendo cauta.

El iPhone representa aproximadamente la mitad de los ingresos totales de la compañía. Por eso, cualquier movimiento en su cadena de producción tiene un impacto directo en su valor bursátil. De hecho, tras conocerse los nuevos aranceles, las acciones de Apple sufrieron una caída histórica del 19% en solo tres días, encendiendo las alarmas en Wall Street.

Así, aunque el sueño de un iPhone “hecho en EE. UU.” suena patriótico, su implementación real plantea más preguntas que respuestas. ¿Estarán los consumidores dispuestos a pagar más por lo mismo? ¿Podrá Apple adaptar su modelo de negocios sin perder competitividad global? El tiempo, y el mercado, darán la respuesta.

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