FEMICIDIO EN CATRIEL

A su mamá la mató su papá y ella se fue a Bolivia con su abuela

La niña de 7 años es hija de Patricia Rendón Rodríguez asesinada por su ex pareja en Catriel luego de cortarle el dedo pulgar para desbloquear su teléfono.
lunes, 17 de octubre de 2022 · 19:29

A Patricia la asesinó su ex pareja, padre de su hija de 7 años, quien no soportó que la mujer boliviana de 31 años había decidido cortar cualquier vínculo con él y estaba iniciando una relación con un italiano, a quien pensaba ir a visitar. Fernando Cronenbold no sólo la mató y enterró su cuerpo, sino que antes le cortó el dedo pulgar para poder desbloquear el celular con el que ella se comunicaba con su nueva pareja. Cuatro meses después, finalizaron los trámites en la cancillería para que la pequeña hija de ambos se mude a Bolivia, donde vivirá con su familia materna.

El Consulado de Bolivia en Viedma comunicó que se logró la autorización para que la niña se radique en Bolivia. "Tras realizarse la repatriación de la connacional P.R., víctima de feminicidio en julio de 2022, la misión consular hizo el seguimiento y la coordinación necesaria con las diferentes instituciones e instancias correspondientes", señala el parte de prensa de la Cancillería.

En cuanto a la niña, aseguraron que se gestionó el traslado por vía terrestre desde la ciudad de Catriel, hasta Buenos Aires, y "el pasado viernes 14 de octubre se trasladó a la menor hacía la ciudad de Santa Cruz".

Aunque el proceso judicial por el femicidio de Patricia continúa y Cronenbold permanece detenido con prisión preventiva, la Justicia se tuvo que ocupar de la situación de la niña, quien permaneció todos estos meses en Catriel al cuidado de su abuela, quien viajó a la ciudad un día después de que fuera encontrado el cuerpo en un campo petrolero entre esa ciudad y Casa de Piedra. La menor tenía nacionalidad boliviana, por eso los trámites fueron rápidos y estuvieron a cargo del Consulado, sin embargo se debía lograr la tutela a favor de la abuela materna.

El Consulado de Bolivia en Viedma realizó el seguimiento ante las autoridades judiciales, para garantizar la protección de la menor, como lo estipula la Ley 465, que obliga a los funcionarios a prestar apoyo, asistencia y protección a bolivianas y bolivianos residentes en el exterior, principalmente, a las personas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.

Patricia había denunciado a su ex pareja y el día que desapareció debía viajar a Buenos Aires para finalizar los trámites de visado que le permitirían viajar a Italia, donde tenía pensado encontrarse con su nueva pareja. Cronenbold estaba despechado y la mató a golpes, le envolvió la cabeza con papel film y la cargó al baúl del Renault Fluence propiedad de la víctima.

La investigación preliminar pudo determinar que tanto el celular de Cronenbold y el de Patricia se conectaron a las mismas antenas durante la desaparición de la mujer. Pero hubo un dato que permitió que el asesino se quiebre. Al ser detenido en la Comisaría 9°, le retuvieron su propio teléfono, pero el de ella continuó en actividad hasta las 4 de la mañana, por lo que decidieron hacer una requisa en el calabozo y lo encontraron escondido en una de sus botas. Para operar el aparato de ella, el femicida le cortó el dedo pulgar para poder desbloquearlo.

Luego del hallazgo, Cronenbold se quebró y confesó el crimen. Luego guio al fiscal y al equipo de búsqueda al campo petrolero donde la había enterrado. En el auto encontraron ropas y zapatillas con sangre. El hombre brindó un testimonio salido de una serie de plataforma, y aseguró que fue obligado por unos narcos colombianos a enterrar a Patricia en ese lugar y argumentó que ella debía mucha plata.

 

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