Es un juez federal, se llama Martín Luciano Poderti, integra el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, y está procesado por, presuntamente, quedarse con 144 monedas de oro que estaban bajo custodia de la Justicia. El caso está plenamente vigente, todavía sin resolución, y puede constituirse en bisagra (o no) que abra las puertas a mejores controles y mayores exigencias sobre quienes tienen el poder y el deber de administrar justicia en Argentina.
Este martes, la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal declaró "inadmisible" un recurso presentado por la defensa del juez en cuestión, que es ejercida por Gastón Marano, curiosamente también representante de uno de los acusados en la causa abierta tras el fallido atentado contra la entonces vicepresidente, Cristina Kirchner.
El recurso fue rechazado por los jueces Angela Ledesma, Alejandro Slokar y Guillermo Yacobucci: consideraron que no reunía los requisitos de admisibilidad que exige la normativa procesal. Prácticamente, un papelón, si se tiene en cuenta que el defendido es juez federal.
El juez Poderti está procesado por el delito de malversación de caudales públicos. La imputación tiene probado que el juez ingresó en 19 ocasiones, entre diciembre de 2019 y febrero de 2023, a una caja de seguridad del Banco Nación, en la que había, bajo resguardo judicial, monedas de oro, muchas de ellas de alto valor numismático. Esas monedas se habían secuestrado en una causa por narcotráfico.
En abril de 2023, se constató que las monedas no estaban. Las fueron a buscar para devolvérselas al dueño, que había resultado absuelto. La investigación que comenzó entonces, demostró y reconstruyó las visitas del juez Poderti al Banco. Esas visitas se concretaron mientras el juez tramitaba dejar su cargo como secretario del Juzgado Federal 2 de San Isidro.
Poderti se ha defendido hasta ahora afirmando que la caja bancaria la usaba para guardar objetos y documentos del juzgado, y que el "desmanejo" registrado correspondía a otros, no a él. Pero, la prueba contra el magistrado se considera "sólida". Y el caso sigue adelante. Un caso que podrá, o no, ser testigo para ejemplo de lo que no debería hacerse nunca...y abrir la puerta a una realidad de mejor conducta y mayores controles en general, en la siempre polémica Justicia Argentina.