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Viernes 11 de Julio, Neuquén, Argentina
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Indignante ataque: un vecino de 76 años denunció que un trabajador de la compañía de gas le rompió la cabeza con una llave inglesa

“Me dijo que ese medidor no era mío, y cuando fui a sacar el otro, me partió la cabeza con una llave. Caí, con la cara ensangrentada, y la pierna destrozada”, relató con dolor el vecino. 

Por Redacción

Viernes, 11 de julio de 2025 a las 17:05
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Un hecho de extrema violencia y gravedad sacudió a la comunidad de Cutral Co. Carlos Bascur, un vecino de 76 años, denunció que fue brutalmente agredido por un presunto trabajador de Camuzzi mientras reclamaba por el retiro del medidor de gas de su domicilio. Según su testimonio, el atacante le partió la cabeza con una llave metálica en plena vía pública, en una escena que conmocionó incluso a testigos del barrio.

El hecho ocurrió hace aproximadamente 15 días, aunque la denuncia fue radicada recientemente en la fiscalía local, tal como recomendó su abogado. Carlos relató que, al momento del ataque, se encontraba barriendo el pasillo de su casa cuando una camioneta gris, con vidrios polarizados, se detuvo frente a su vivienda. “Pensé que eran los chicos de la municipalidad, por eso me fui a buscar a mi hijo para darles una mano”, recordó.

Pero lo que parecía una visita rutinaria se transformó rápidamente en un acto violento e inexplicable. “Cuando salí, vi que dos tipos me estaban sacando el medidor. Les dije que me estaban robando, que por qué no me avisaron si me habían visto ahí. Me respondieron que no tenían que avisar nada y que tenían órdenes de retirarlo”, contó.

Carlos comenzó a sospechar por la falta de identificación de los supuestos trabajadores. “No tenían logo, ni ropa de la empresa, ni papeles, ni nada”, dijo. Al intentar recuperar su medidor de la parte trasera de la camioneta, se produjo el momento más crítico del altercado: “Me dijo que ese medidor no era mío, y cuando fui a sacar el otro, me partió la cabeza con una llave. Caí, con la cara ensangrentada, y la pierna destrozada”, relató con dolor.

En medio del caos, Carlos atinó a levantar un ladrillo del suelo y se lo arrojó al agresor. Varios trabajadores de una obra cercana presenciaron el final del ataque y se acercaron para recriminarle la brutal golpiza. “¿Cómo le vas a pegar así a un hombre de su edad?”, le gritaban al atacante, que finalmente huyó junto al otro sujeto en la camioneta.

Minutos después, la esposa de Carlos llegó al lugar y, tras ver el estado de su marido, se dirigió a las oficinas de Camuzzi para pedir explicaciones. Allí le habrían dicho que la causa del retiro del medidor fue la falta de pago de una factura correspondiente al mes de febrero. Sin embargo, tampoco le dieron respuestas claras sobre quiénes fueron los operarios que ejecutaron el retiro ni por qué no se notificó previamente al titular del servicio.

El parte médico confirmó la gravedad de las lesiones: “De milagro no le partieron el tabique ni le sacaron un ojo”, fue lo que le dijo el profesional que lo atendió.

Este caso genera indignación por múltiples factores: la falta de identificación de los supuestos trabajadores, la violencia desmedida contra un adulto mayor y la escasa información brindada por la empresa prestadora del servicio. La familia exige que se investigue con seriedad lo ocurrido y que los responsables rindan cuentas ante la justicia.

En una sociedad donde los derechos de las personas mayores deben ser resguardados y protegidos, situaciones como estas no pueden pasar desapercibidas. Carlos, afortunadamente, hoy se encuentra en mejor estado de salud, pero su testimonio revela una preocupante desprotección frente a prácticas abusivas y violentas que merecen una urgente respuesta institucional.

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