Carlos "Chingolo” Cassalla, el padre de, entre otras, dos grandes historietas nacionales, el Cabo Sabino y Alamo Jim, murió esta madrugada en Bariloche a los 90 años.
Casalla, un hombrón de 1,85 metro de estatura, se destacó, además, como baterista de bandas que hacían jazz, fox trot y tango en la década del 50 en los bodegones porteños que tuvieron al ”Mono” Gatica entre sus parroquianos.
Había nacido en el barrio porteño el Abasto en mayo de 1926.
Una de sus máximas creaciones, el Cabo Sabino, se publicó ininterrumpidamente entre 1951 y los primeros años de los 80. Nippur Magnum, El Cosaco y Alamo Jim, formaron parte de la época dorada de la editorial Columba.
En junio de 2012, Cassalla fue considerado el historietista en actividad más longevo del mundo, en especial por Cabo Sabino, que se publicó por primera vez en 1954 en las páginas de La Razón.
De chico, su familia lo apodó "Chingolo” porque, como ese pájaro, era ágil y escurridizo. De grande, pese a haber superado holgadamente el metro 80, incorporó ese mote a su firma.
Casalla se formó en la Academia Nacional de Bellas Artes y tuvo como maestro nada menos que a otro historietista recordado como José Luis Salinas.