LAMPREAS

Hallazgo: ¡las “vampiras de mar” son Patagónicas!

Se las ve en la costa y también en nuestros ríos. Tienen anticoagulante y anestésico en su mordedura.
jueves, 25 de junio de 2020 · 11:13

Las “lampreas” o “vampiras de mar” son tan patagónicas como el viento, la jarilla o una patota de dinosaurios dejando sus huellas en medio del Cretácico. Fundamentalmente su genética difiere de las similares encontradas en Australia, Nueva Zelanda o Chile. En su mordedura, aplican en otro pez un líquido anticoagulante y otro que es anestésico, por eso quien es mordido no siente dolor o no genera un rechazo hacia ese parásito que le succiona la sangre. Así, casi sin parar, una de las doctoras en Biología de mayor renombre en la Argentina, habla por AM 550 La Primera.

Desde Puerto Madryn, la Dra. Carla Riva Rossi muestra la pasión que le ha puesto –junto a su equipo- para estudiar estas “especie de viborita o anguila, que nace en los ríos, se alimenta en el mar y luego sube nuevamente el agua dulce para reproducirse y morir”.  

Si bien se encontraron registros de estudios sobre esta especie a mediados del siglo pasado, siempre se la asoció con las encontradas en otros países, explicó la investigadora. También Riva Rossi, señaló que “nuestro estudio es sobre el impacto que pueden tener las represas en las especies que son migratorias en nuestros ríos, especialmente en Santa Cruz, como las lampreas. Allí nos empezamos a familiarizar con ellas, estudiar sus hábitos, su morfología, etcétera, hasta concluir que es una especie endémica de la Patagonia, con rasgos muy particular y diferentes de las otras especies en el mundo”.  

En la última semana, una prestigiosa revista científica internacional dio cuenta del hallazgo de este grupo de científicos que pertenecen al Conicet-Cenpat de Puerto Madryn y que significa un alto reconocimiento del mundo científico a estos descubrimientos, según se indicó.

En distintas épocas del año, a las lampreas se las puede encontrar en nuestros ríos, especialmente en Neuquén (en la zona costera de la Isla 132 y hasta Senillosa), en Río Negro, Chubut y Santa Cruz. Por su aspecto suelen causar una fea impresión, explicó la bióloga, aunque desestimó cualquier peligro ya que en su regreso del mar, suben los ríos sólo a reproducirse y morir, por lo tanto dejan de succionar.  

La reconocida científica y su equipo forman parte del Instituto de Diversidad y Evolución Austral (IDEAUS), en el marco del Centro Científico Patagónico (CCT CenPat) y del Conicet y habló en directo desde Puerto Madryn, en el programa "Viaje al puerto de la noche". 

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