La madrugada del sábado en Centenario no fue una más para varios conductores que, entre tragos y volantazos, terminaron brindando... pero con los inspectores.
El operativo fue llevado a cabo por personal de la Comisaría Quinta junto a agentes de Tránsito Municipal sobre la Ruta Provincial N°7 y Calle N°5. El objetivo: reforzar la seguridad vial y prevenir siniestros asociados al consumo de alcohol. El resultado: una noche con más vehículos secuestrados que aplausos.
En total, se realizaron controles a más de 400 personas mediante alómetros. De ellas, 14 dieron positivo en alcoholemia, lo que derivó en el secuestro de 14 vehículos y la retención de otras tantas licencias de conducir. Además, se labraron 30 actas contravencionales.
Una cifra que llama la atención, especialmente considerando la insistencia de las campañas viales, los carteles luminosos, los spots de concientización y, claro, el riesgo real de poner en juego la vida propia y la de los demás.
No es una postal nueva para la región, pero sí una que se repite con inquietante frecuencia. Porque, aunque los controles aumentan, las imprudencias también. Y si bien algunos todavía creen que “pueden manejar igual”, el alcoholímetro no negocia: mide, acusa y baja la barrera.