La basura es el gran problema que tienen la mayoría de las ciudades. Se generan toneladas imposibles de procesar, aún con la más moderna tecnología y con los mejores modelos de gestión.
Neuquén es una ciudad que limpia. El municipio invierte miles de millones para sostener un sistema de recolección que garantiza que todas las noches “tus bolsitas” son retiradas en tu domicilio.
Y aunque las tasas son elevadas, la recaudación apenas alcanza al 20 por ciento del valor del servicio concesionado, aunque obviamente el otro 80 también de alguna manera los pone el vecino. De todos modos, el Ejecutivo podría limitar el funcionamiento y reducir costos.
Cuando uno viaja a otras ciudades importantes del país, percibe que no están limpias como Neuquén, y entonces se valora lo que aquí se hace.
Más allá que no cayó nada bien la imposición de una tasa – cobrada en la boleta de energía eléctrica- para la construcción de un nuevo centro ambiental, hay que destacar que se debe proyectar al mismo ritmo que el crecimiento exponencial que tiene la ciudad, y también la región. Porque en esas 160 hectáreas se prevé depósito y tratamiento para los residuos de un millón de habitantes.
Sin embargo, la desaprensión de muchos vecinos, da por tierra con tanto esfuerzo y planificación, y entonces recordamos la frase más conocida, que sostiene que “la ciudad más limpia es la que menos ensucia”.
Caminando , en busca de una actividad recreativa, me crucé con sencillos y hermosos frentes, veredas cuidadas, verdes y floridas, y también con pilas de mugre depositada vaya a saber por quién.
Y entonces uno se pregunta por qué ¿
Generalmente a pocos metros de la basura puesta en la vereda, hay canastos vacíos. A veces contenedores que algún vecino contrató, y que seguramente compartiría para que se depositen esas bolsas, artefactos viejos, cajas y cajitas.
Muchas veces nos encontramos con el frente de Instituciones que debieran preservar el ambiente y la imagen, tapadas de residuos. No pocas veces son organismos del Estado, a las que además les suele faltar una buena vereda.
Qué nos pasa que somos capaces de tirar nuestra basura en la casa de otro ? Qué nos pasa que somos capaces de arruinar un espacio verde, desparramando bolsas o simplemente tirando al suelo ?
Llega el calor. Las moscas abundan. La Argentina tiene dengue, y aunque Neuquén por ahora parece exento, puede llegar. Surgen las ratas, arañas, perros por doquier rompiendo, buscando algo para saciar su hambre.
No hay mucho para explicar. Sólo hay que ser consciente del daño que se provoca, del trabajo extra que se genera a quienes deben – una y otra vez- volver casi siempre a los mismos lugares a retirar basura.
Neuquén tiene . no sólo un buen servicio de recolección, sino también los centros de transferencia donde depositar todo lo que el camión no se puede llevar, incluso abiertos los fines de semana. También hay múltiples empresas que alquilan contenedores. No hay excusas
La única conclusión es que mucha gente es sucia por naturaleza, y no le importa el prójimo ni el ambiente.
Será hora de multar, mucho y muy caro. Denunciar al 147 aunque digan que sos mal vecino, pero es que una ciudad limpia se hace entre todos.
Recordemos otra reflexión tomada de un diálogo entre un niño y su padre. El infante le pregunta al ver un camión recolector: “ papá, esos son los señores de la basura ?. Y el padre responde “no hijo. Esos son los señores de la limpieza, los de la basura somos nosotros “.