En el marco de un taller binacional que fortalece la cooperación científica entre Argentina e Italia, investigadores del CONICET, la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) y las universidades de Turín y Palermo realizaron estudios conjuntos para monitorear el volcán Copahue. La iniciativa se enfoca en aplicar técnicas geoquímicas de avanzada para complementar los sistemas de vigilancia actuales y abrir nuevas hipótesis sobre su comportamiento eruptivo.
Uno de los referentes del proyecto, el investigador Alberto Caselli, explicó en diálogo con AM550 que el volcán se encuentra en reposo, aunque los trabajos buscan generar herramientas para anticiparse a posibles episodios futuros. “A quedarse tranquilos con el Copahue, que no pasa nada”, aseguró el científico.
Nuevas tecnologías para entender un volcán activo
Durante el trabajo de campo reciente, los equipos científicos instalaron una serie de dispositivos avanzados, incluyendo cámaras UV, sensores de gases y equipos para tomar muestras de agua y medir directamente el cráter del volcán. El objetivo fue doble: por un lado, evaluar el estado actual del Copahue y, por otro, capacitar a los equipos locales y compartir metodologías innovadoras en un taller técnico desarrollado in situ.
Uno de los grandes desafíos fue el acceso al cráter y la transmisión de datos en tiempo real. “Las condiciones climáticas del cráter nos generaban muchos problemas. Mucho viento, bajas temperaturas, y eso complicó la transmisión de datos que obteníamos del gas”, explicó Caselli. Sin embargo, el esfuerzo permitió avanzar en una línea clave: detectar señales químicas previas a las explosiones.
¿Se puede anticipar una erupción?
El objetivo principal del proyecto es lograr una mejor anticipación a posibles eventos explosivos, especialmente cuando la sismicidad no brinda alertas tempranas suficientes. “Las señales sísmicas previas a las explosiones existen, pero son de muy corta duración. Por eso estamos probando si la geoquímica puede ofrecernos una alerta más temprana”, detalló el investigador de la UNR.
En ese marco, Caselli explicó que las hipótesis sobre las causas de las explosiones del Copahue siguen en debate, incluso dentro del propio equipo de trabajo: “Yo tenía una hipótesis sobre por qué ocurrían estas explosiones, el Servicio Geológico tenía otra, y eso le dio impulso a trabajar en conjunto para probar una u otra”. Esa articulación interdisciplinaria entre investigadores italianos y argentinos busca consolidarse en una futura publicación científica.
Un volcán monitoreado, un riesgo bajo
El Copahue, ubicado en la cordillera neuquina, ha atravesado al menos ocho ciclos eruptivos recientes en los que la laguna del cráter desapareció y luego se recuperó. Sin embargo, en la actualidad el volcán se encuentra en estado de tranquilidad, sin señales de riesgo inminente.
El trabajo conjunto, sin embargo, fortalece la red de vigilancia y anticipación, clave en una región que convive con la actividad volcánica. Mientras tanto, los investigadores llaman a la tranquilidad, pero insisten en la importancia de invertir en ciencia para prever lo imprevisible.