El sistema público de salud de Neuquén atraviesa una nueva etapa de conflicto. Esta semana, el gremio Siprosapune anunció una serie de medidas de fuerza que incluyen paro por 48 horas, retención de tareas y quita de colaboración. La situación impacta en la atención ambulatoria y genera preocupación entre los usuarios del sistema público. Desde el gobierno provincial, sin embargo, cuestionan el método de protesta y aseguran que ya se otorgaron mejoras.
Las medidas de fuerza
El gremio que nuclea a profesionales de la salud dispuso un paro de 48 horas para los días martes 3 y miércoles 4 de junio, acompañado de retención de tareas ambulatorias y quite de colaboración para el lunes 2, jueves 4 y viernes 5. Las áreas más afectadas son los consultorios externos, laboratorios y especialidades no críticas. Desde el sindicato aclararon que las guardias y servicios esenciales están garantizados.
La principal demanda, según explicó el secretario general de Siprosapune, Juan Ferrari, es la mejora en las condiciones salariales y laborales. “Los salarios actuales no permiten sostener a los equipos de salud. Estamos trabajando con planteles incompletos, profesionales que se van a otras reparticiones donde cobran más del doble y se reduce la capacidad de respuesta del sistema”, advirtió.
Ferrari remarcó que el reclamo no es nuevo y que se agravó en los últimos años por la falta de una mesa de negociación salarial específica para el sector salud, algo que, según el dirigente, no ocurre desde 2018. “No queremos estar en la calle, queremos estar en nuestros hospitales atendiendo. Pero no podemos seguir trabajando en estas condiciones. La salud pública está haciendo agua”, sostuvo.
El dirigente también reclamó por la falta de reconocimiento a la complejidad del trabajo en el sistema sanitario y afirmó que el salario de muchos profesionales está por debajo de la canasta básica. “Nos dijeron que con una recategorización íbamos a estar contentos. No fue así. Seguimos con salarios achatados y sin carrera profesional”, concluyó.
La respuesta oficial
Desde el Ministerio de Salud, el titular de la cartera, Martín Regueiro, reconoció que la situación económica es compleja pero rechazó la modalidad del reclamo. “La situación macroeconómica nos limita. Bajaron significativamente los ingresos de la provincia. La sábana es corta y todos tienen que cobrar su sueldo”, sostuvo.
Regueiro aseguró que los aumentos salariales se están aplicando por el índice de precios al consumidor (IPC) de forma trimestral, tal como fue acordado previamente. “No vamos a ir en contra de ese convenio. Ya se cerró, y hubo mejoras concretas como la ley de residencias y la estrategia de arraigo para atraer médicos al interior”, señaló.
El ministro remarcó que está dispuesto al diálogo pero sin condicionamientos: “Si cada vez que uno se sienta a hablar se pone un revólver arriba de la mesa, es una situación de inequidad. Tiene que haber condiciones de igualdad sin romper la estructura”.
En relación a los reclamos gremiales, afirmó que se están evaluando nuevas estrategias para mejorar el sistema sin afectar la estabilidad presupuestaria: “Queremos que sea atractivo para los médicos quedarse. Sabemos que el personal de salud sufrió mucho durante la pandemia, y eso se arrastra hasta hoy. Pero las soluciones se deben buscar sin amenazas ni cortes”.
Un conflicto abierto
El conflicto entre el gremio de profesionales y el gobierno provincial expone una tensión persistente en el sistema de salud pública de Neuquén. Mientras los trabajadores denuncian un deterioro en las condiciones que afecta la calidad de atención, el Ejecutivo provincial llama a la responsabilidad en un contexto económico delicado. Por el momento, las posturas siguen enfrentadas y el conflicto permanece abierto.