Un pehuén puede madurar hasta 30 piñas y cada una de ella, entre 200 y 300 piñones. Por estos días se está llevándose a cabo en nuestros bosques milenarios de araucarias la tradicional recolección de piñones, que se extenderá hasta el 12 de abril.
Quienes recorrimos el norte neuquino sabemos que la araucaria domina el paisaje. De Caviahue a Villa Pehuenia, el antiguo árbol andino se yergue junto a los lagos y en la ladera de los volcanes, desparramando el nutritivo fruto que hoy honran los pueblos originarios.
La tradición de la recolección comenzó en el tiempo primordial de los mitos. Cuenta la leyenda que las tribus que vivían en el norte de la Patagonia desconfiaban del piñón por considerarlo venenoso, pero lo veneraban porque provenía de un árbol sagrado.
Pasó el tiempo y una hambruna terrible golpeó a la población. Así fue que la milagrosa intervención de Nguenechén, la divinidad creadora del pueblo aborigen, dio vuelta la historia: Nguenechén –explica la tradición– se apareció en forma de anciano a un joven de la tribu para explicarle que en ese fruto que ellos creían peligroso y árido se ocultaba el secreto de la supervivencia de su pueblo.
Y así el piñón empezó a ser consumido –hervido o tostado– y respetado como fuente de alimento. Este año, las autoridades de la subsecretaría de Producción aprobaron su recolección en el departamento Aluminé los Parajes Cochico-Sainuco,Kilka, Lonco Luan, Cuenca del Litrán y Paso del Arco, en tanto del departamento Picunches, el Paraje Pino Hachado, y en las Áreas Naturales Protegidas Caviahue-Copahue, Chañy y Batea Mahuida.
Fotos: Subsecretaría de Producción.