CONFLUENCIA DE DOS MUNDOS

El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego

Hablamos con sus creadores y nos compartieron el detrás de escena de este viaje a la confluencia de dos mundos. Tomate unos minutos para conocer esta maravillosa historia.
sábado, 30 de noviembre de 2024 · 18:35

El viaje del viaje

“No puedo ser tan infantil de no anotarme en esta convocatoria por ir a jugar al fútbol”, pensó el ilustrador neuquino Nico Mendoza al enterarse de que se venía la 4° Edición del programa Futura, que financia proyectos culturales a nivel nacional. Este año, la convocatoria era para desarrollar proyectos de artes gráficas, un área donde Nico tiene mucho que ofrecer. Pero claro, embarcarse en ese viaje implica salir de la zona de confort y encarar el desafío de días enteros de trabajo, semanas de dedicación, meses de esfuerzo. Pero el sabía que tenía que estar ahí. 

Con las inscripciones cerrando a medianoche y a último momento, respiró hondo y apretó “enviar”. Así empezó un largo y arduo trabajo, para el cual Nico convocó a otros dos gestores culturales neuquinos: Caro Biondini y Fernando Barraza. 

 

El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego
Ellos son Fernando Barraza (izq), Nico Mendoza y Caro Biondini (der). 

 

Juntos crearon Huellas Azules (Pu Kallfü Punon), un juego de mesa ilustrado (al que llaman “dispositivo lúdico de mediación”), para infancias de 9 a 12 años, inspirado en el viaje del longko Juan Kallfükura cuando era toki (longko de longkos), en la segunda mitad del siglo XIX. En aquel entonces, la geografía bajo su tutela abarcaba desde lo que hoy es Neuquén hasta el centro/norte de Buenos Aires, incluyendo en el camino a Río Negro, La Pampa y parte de Mendoza. 

El viaje, largo. Su huella, infinita.

 

El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego
Huellas Azules también se llama Pu Kallfü Pünomche, como lo indica su nombre en mapudungun, el idioma mapuche. 

 

 

Mapuche kimun (conocimiento ancestral mapuche) 

Tal como lo describen sus creadores, Huellas Azules es un “dispositivo lúdico de mediación” que, a través de ilustraciones, cartas y un tablero circular, relata la historia del toki Juan Kallfükura, quien lideró una vasta extensión de territorio patagónico. 

La historia del toki es apasionante y profunda, porque no solo detalla un transitar, ilustra parte de la comisión de todo un pueblo: “esta es la historia de la habitación de los territorios tal y como la comprende el pueblo mapuche. Es una invitación a compartir conocimientos desde una perspectiva comunitaria que las y los mapuche proponen como el pueblo que son”, explica Fernando Barraza, quien fue convocado a participar del proyecto como representante del pueblo mapuche.  

 

Caro Biondini y
La circularidad es el principal principio dinámico de la existencia para el pueblo mapuche. El tiempo, la naturaleza, todo lo que es y vive se expresa en ciclos. 

 

Pero, ¿por qué poner el foco en este poderoso personaje? “Yo sabía de él y siempre me interesó su historia, una historia que no es contada en Argentina. Se habla mucho de la Conquista del Desierto, de cuestiones más problemáticas, pero no se habla de un referente como Kallfükura que supo manejar un ejército de casi 3.000 personas y, aun así, mantener un estatus quo de cierta paz. El inventó la rosca política, definía la geopolítica de ese momento”, relata Nico, con gran admiración. 

Cabe destacar que, el contenido del juego está centrado en un momento histórico de la vida del toki: “nos centramos en el momento en el que Kallfükura era Ñizol Longko (cacique de caciques) y las comunidades vivían e intercambiaron entre sí y con las comunidades no mapuche, antes de la acción militar de la llamada Conquista del Desierto. Nos pareció que era importante destacar ese momento de armonía previo al de un acontecimiento histórico tan tajante como la campaña del ejército, periodo que, por suerte y desde hace algunas décadas, está siendo sujeto a una revisión justa y necesaria”, asegura Barraza.

 

El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego
El juego cuenta con un tablero, fichas, dados, cartas y tarjetas ilustradas por Nico Mendoza

 

 

Qué es el toki: “El toqui es la cabeza del hacha, es una piedra que se utilizaba como un pendiente o una clava, símbolo de poder y de sabiduría. Quien portaba el toki, era quien tenía el poder y todos delegaban su futuro, su porvenir, en manos de esa persona. Confiaban en que iba a generar el mejor futuro para todos”, explica Nico.

 

A medida que los jugadores avanzan en el juego, cada decisión que toman los va llevando por diversos aspectos de esos territorios y de aquella sociedad coordinada por Kallfükura. Por ejemplo, hay cartas que describen las características de cada territorio, otras que nos cuentan de las cosechas. Y el tablero nos va llevando por el infinito camino de la circularidad, siempre en contra de las agujas de reloj, decisión que no fue al azar. 

Barraza, explica: “La circularidad es el principal principio dinámico de la existencia para el pueblo mapuche. El tiempo para nosotros no es lineal, es circular, la naturaleza y todo lo que es y vive se expresa en ciclos. Y el entendimiento, la palabra y el conocimiento en nuestro pueblo fluye también de manera circular. Por todo esto nuestro, tablero de juego es circular, y la partida es un ciclo completo por los territorios de la ruta de Kallfükura”. 

 

El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego
Son 10 los territorios que propone explorar el juego mediante estas tarjetas ilustradas.  

 

 

 

Mediación entre dos mundos 

¿Qué viene a mediar Huellas Azules? Para Biondini, definir el juego como un “dispositivo de mediación”, sugerencia de Juan Urraco (coordinador del programa Futura), encaja perfecto con el objetivo de mediar entre dos cosmovisiones y más. “El juego viene a mediar en muchos sentidos. Cada equipo debe tomar decisiones que lo van a llevar por la cosecha, a explorar o al territorio. Entonces, al jugar tengo que mediar con mi prójimo. También está pensado como un medio para el encuentro sin pantallas, y que podamos mirarnos a los ojos, tocar el tablero, las fichas. Mediar entre las culturas, en la palabra, en el pensamiento. Y también es un mediador de valores porque te invita a reflexionar sobre cuestiones como, por ejemplo, el concepto de naturaleza. Las comunidades originarias tienen un gran respeto por la biodiversidad y por la tierra”, explica Caro. 

Y destaca que, como broche de oro, recibieron la aceptación por parte de la comunidad mapuche de la provincia, lo cual considera como un gran gesto acompañamiento y respeto hacia esta iniciativa que pretende cambiar el enfoque que se hace sobre los pueblos originarios, salir de la mirada del conflicto para hacer un acercamiento desee una mirada de valoración positiva. “Desde este punto de vista, el juego también es un gran dispositivo de mediación”, agrega.

 

El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego
También está pensado como un medio para el encuentro sin pantallas, y que podamos mirarnos a los ojos, tocar el tablero, las fichas.

 

 

 

La gesta creativa

La cuarta edición del programa Futura bajo eslogan es “Cultura en Movimiento”, coordinado por Juan Urraco del Centro Cultural de España en Buenos Aires y la Fundación Williams, para desarrollar proyectos de artes visuales, tenía un letrero gigante que decía NICO MENDOZA. 

Se trata de una convocatoria federal en la que, de 200 inscriptos, quedaron 49 proyectos seleccionados. “Esos 49 empezamos a transitar una etapa de capacitación desde lo gráfico hasta cuestiones legales, marketing, de todo. Compartís mucha experiencia también de otros equipos, de ganadores de programas anteriores” cuenta Biondini. 

Huellas azules, no siempre fue un juego. Comenzó siendo una oportunidad de conseguir financiamiento para un “proyecto cultural de artes visuales”, pero el programa los llevó hasta este formato. “En la etapa vivero del programa le das forma al proyecto. Tenés mentoría, coacheo y, sobre todo, el acompañamiento de Urraco que es un genio. Íbamos con la idea de hacer un libro pero Nico viaja a Buenos Aires y, como una señal del destino, encuentra un cartel que decía: “La ruta del Toki Kalfukura”. Me manda una foto y me dice: ´Es por acá´. Y así, avanzamos”, recuerda Caro sin poder evitar la risa. 

 

El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego
"Huellas Azules está pensado como un medio para el encuentro sin pantallas, y que podamos mirarnos a los ojos, tocar el tablero, las fichas". Caro Biondini.

 

Así comenzaba la sinergia para darle forma a esta producción artesanal netamente neuquina. “Nico empezó con los bocetos del toki y cuando los vi, me atravesó. Es una de sus mejores ilustraciones, con una profundidad y sensibilidad que me transmite un montón de cosas: nostalgia, resignación, lucha, resiliencia. Y desde lo estético, es muy bello también. Y después empezamos a tirar nombres”. 

En un borrador de Nico, escrito con lápiz negro y a mano alzada, entre garabatos del lonco, se podía leer : “Huellas Azules, El Sendero Azul, La guía T del Toki, La ruta del Toki (que hoy es hashtag)”. Y, con esas primeras ideas y, con Barraza como puente, Huellas Azules tomó forma de juego y se hizo un medio para acercar dos maneras de ver el mundo.  

 

 El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego
Ilustración del longko Juan Kallfükura por Nico Mendoza.

 

 

 

Que comience el juego 

“Un tablero circular, tres mazos de naipes con fuerzas de la naturaleza, personajes del mapuche kimun y un dado, son suficientes como para que los equipos salgan de aventuras por este juego que no busca deliberada competencia, ni es una incitación a la mera victoria personal”, detallan sus creadores. 

El juego está pensado para ser jugado en las escuelas, a partir de cuarto grado cuando, por currícula, los alumnos comienzan a estudiar los territorios y el patrimonio cultural. Y Caro, agrega que en las tarjetas se trabajan tres ejes: alimentos, comunidad y naturaleza y se van sumando puntos. “Ahí hay una cuestión de estrategia y de conciencia de lo colectivo, porque tus acciones pueden repercutir en todas las demás actividades positiva o negativamente”, aclara. (Foto juego: tablero)

 

El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego
Lafken Mapu: "territorio de lagos, montañas y llanuras coronadas por mallines", así describen a este territorio en la botonera digital del juego.

 

Y para mediar entre lo analógico y lo digital, el juego viene con un código QR que direcciona a una web con una botonera desarrollada por Franco Bautista, donde los participantes pueden ver todos los naipes ilustrados y escuchar cómo se pronuncia cada uno de los territorios y tareas que recrea el juego, en la voz de Fernando Barraza. Para ver y escuchar ingresá aquí.  

Para desarrollar la dinámica del juego, contaron con los diseñadores Iñaki Diez Galarza y Nicolás Fernández, y con la docente Gabriela Lafuente, en el asesoramiento pedagógico: “Ellos nos ayudaron a armar los territorios y amalgamar el conocimiento con algo que fuera divertido pero que, a su vez, no incitara a la competencia. Porque lo interesante de este juego no es ganar, sino transitar, conocer, investigar”, aclara Nico.

 

Huellas Azules, fue presentado en Tardes de Primera, junto a Huguex Cabrera en nuestro canal 24/7.

 

 

Al mundo

En su primera fase, Huellas Azules será llevado a cuatro escuelas ubicadas en los cuatro puntos cardinales de la ciudad Neuquén Capital. “Para respetar la dinámica del Meli Wixan Mapu, los cuatro puntos de la tierra, elegimos una escuela al norte (pikunmapu) qué es la N° 154 de Parque Industrial, otra al oeste (ngulumapu) que es la N° 356, luego una al sur (willimapu) que es el Colegio Don Bosco, y una al este (puelmapu) que es la N°235”, detalla Barraza sobre las escuelas en las que también se harán conversatorios con los docentes y el estudiantado. Y al finalizar, la jugada colectiva, se cierra un mural alusivo, a través del programa Arte Capital. Para ello, también son cuatro los muralistas convocados: Elisa Elgranati, Mariana Pérez, Lorena Recondo y Gonzalo Tellería, que viene de San Luis.

 

El juego desarrollado por neuquinos que es mucho más que un juego
La idea es que el juego se presente en las escuelas para luego ingresar a la currícula.

 

De esta forma,  Huellas Azules no solo busca entretener, sino también educar, conectar y generar reflexión. Porque, como explican sus creadores: “las huellas remiten a lo que ha quedado como marca en un territorio y una marca siempre te deja algo, te enseña. Una huella no solo es pasado, también te va mostrando los caminos a seguir. Una huella también es futuro”.   

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