Con apenas 8 años —cumple 9 en septiembre— Stefano Marconi Sgroi ya fue declarado Personalidad Destacada por el Concejo Deliberante de La Plata, su ciudad natal. La distinción no es casual: Stefano tiene un coeficiente intelectual de 152, el más alto registrado en la Argentina, y es reconocido internacionalmente por su talento precoz. Está recibido de mecánico y prepara un auto superdeportivo 100% argentino.
Este pequeño prodigio, que a los dos años ya reconocía las marcas de todos los autos y a los cinco podía explicar el funcionamiento de un motor híbrido, dialogó con Mejor Informado sobre su pasión por los "fierros" y los sueños que lo impulsan.
Actualmente cursa sus estudios en el colegio Santa Lucía, donde combina la educación formal con su inagotable curiosidad por la ingeniería y la tecnología. Paralelamente, asiste a clases de Mecánica Automotriz en el Instituto Módena, dependiente de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Pero más allá de los números y títulos, lo que conmueve de Stefano es su pasión genuina. "Este museo significa muchísimo para mí... Vengo desde que tengo un año. Hay autos icónicos, como el Fiat Topolino original que se usó en la película Mingo y Aníbal contra los fantasmas, o un Ford T con su tapizado de fábrica intacto. Tiene una historia hermosa", cuenta con entusiasmo mientras recorre las salas de uno de sus lugares favoritos.
Su amor por los autos nació temprano. "Cuando tenía dos años ya pedía que me leyeran revistas de autos. Un día les dije a mis papás que quería fabricarlos. Ese sigue siendo mi sueño: quiero ser ingeniero mecánico y piloto de Fórmula 1", confiesa. También sueña con conocer Europa, especialmente Italia: "Quiero recorrer los circuitos de Módena y Maranello, y visitar la fábrica de Volkswagen en Alemania".
Aunque entre sus compañeros no todos comparten su fanatismo, Stefano se ganó el respeto de todos. "A veces les hablo de autos o de ingeniería. Algunos se enganchan, como mi amigo Alejo. Me llevo muy bien con todos y cuando tienen dudas sobre autos, me preguntan a mí", dice con la naturalidad de quien sabe que su vocación no tiene edad.
Con el motor de la pasión encendido desde la infancia, y el talento como combustible, Stefano acelera hacia un futuro que promete ser tan sorprendente como inspirador.
Entrando al museo, ya me empezaste a contar de tu fanatismo por los autos. ¿Cómo nace ese fanatismo y qué significa para vos estar en este museo?
Este museo para mí significa muchísimo… pasé prácticamente toda mi vida acá. Vengo desde que tengo un año. Hay autos muy icónicos. Por ejemplo, un auto emblemático del cine argentino: el Fiat Topolino original, el que se usó para la película "Mingo y Aníbal contra los fantasmas". Lo tenemos justamente allá, es 100% el original. Es uno de los autos más icónicos del cine argentino. También hay otro auto que después les vamos a mostrar: un Ford T, original de fábrica. Tiene hasta el tapizado original… con eso te digo todo. En ese auto estuvieron Oscar Gálvez y el fundador de este museo, Jorge Rauw. Es un auto con una historia muy linda. Y hace muy poquito entró un Renault AX, del año 1910, totalmente restaurado.
Historias maravillosas que emocionan. A los que estamos cerca de los 50 enseguida se nos viene a la cabeza esa película de Mingo y Aníbal contra los fantasmas, corriendo con ese Topolino. Ahora, este fanatismo que tenés por los autos, ¿te acordás cuándo fue la primera vez que dijiste “esto es lo que más me gusta”?
Fue hace muchos años. Siempre me gustaron. Cuando tenía dos años ya les pedía a mi mamá y a mi papá que me leyeran revistas de autos. Un día les dije que me encantaban y que ese era mi tema. Y también les dije que cuando fuera grande quería ser fabricante de autos. Ese sueño lo sigo teniendo: quiero ser ingeniero mecánico y piloto de Fórmula 1. Además, tengo otro sueño: conocer Europa, especialmente Italia, los circuitos de Módena y Maranello. Y también quiero conocer la fábrica de Volkswagen en Alemania.
Con 8 años ya estás pensando en Italia, la Fórmula 1, y en todo lo que rodea al mundo de los autos. ¿Y qué te dicen tus compañeros del colegio? ¿Cómo es tener a alguien tan fanático entre ellos? ¿Te acompañan?
A veces les hablo de temas de autos. No todos son fanáticos como yo, pero hay algunos a los que les gusta un poco, como mi compañero Alejo. Con mis compañeros me llevo muy bien, y cuando tienen alguna pregunta sobre autos, o incluso sobre ingeniería, me la hacen a mí.