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El nadador que salvó más de 40 vidas en Bahía Blanca y hoy necesita ayuda

Un nadador, con varios podios logrados en lagos patagónicos, rescató a decenas de personas en la inundación. Ahora busca apoyo para seguir sus estudios.
Viernes, 21 de marzo de 2025 a las 01:24

Arián Marini es de General Daniel Cerri, una ciudad ubicada en el partido de Bahía Blanca. Nadador de aguas abiertas y aguas frías, con varios podios logrados en la Patagonia, se destacó en su comunidad en los últimos días luego de salvar más de 40 vidas (humanas y de  animales) en la inundación que sufrió el distrito bonaerense.

Su historia se hizo viral y hoy acude a otros por ayuda, para poder seguir estudiando.

 

Nadador y héroe

Arián se convirtió en nadador a los 6 años. “Actualmente estudio en el CEF 165 de Puán, a 200 kilómetros de donde vivo”, explica.

Arián en Winter Swimming World Cup Argentina.

Una de sus últimas participaciones principales fue en 2024, en El Calafate, viviendo la experiencia Winter Swimming World Cup Argentina, nadando en aguas heladas y entre glaciares. “Lo más hermoso fue sentir cómo el hielo se rompía poco a poco mientras avanzaba nadando”, recuerda de aquel momento.

“Con este deporte me voy a la tumba”, confiesa.

Y fue gracias a su disciplina (y también a su espíritu solidario) que durante la trágica inundación de Bahía Blanca pudo rescatar a muchísimos vecinos. “Sin mis años de experiencia en natación y la capacitación como guardavidas no habría podido actuar en esa situación”, asegura.

“Con este deporte me voy a la tumba”, confiesa.

Bahía bajo el agua

La ciudad de Bahía Blanca se vio azotada por una de las peores inundaciones de los últimos años. Durante la primera semana de marzo, las lluvias torrenciales no dieron tregua, desbordando los sistemas de drenaje y dejando a cientos de familias atrapadas. El agua, que comenzó a acumularse rápidamente en las calles, se filtró en viviendas, comercios y centros de salud, provocando un daño irreparable a la infraestructura de la ciudad y cobrándose la vida de decenas de personas.

Con el correr de los días, el panorama empeoró y las calles se convirtieron en ríos, los vehículos fueron arrastrados por la corriente, mientras que la gente, en su mayoría, luchaba por llegar a los refugios improvisados. Los bomberos, voluntarios y personal de Defensa Civil trabajaron incansablemente para rescatar a quienes se encontraban atrapados en sus hogares. A pesar del esfuerzo, las condiciones climáticas adversas dificultaron las tareas de auxilio.

Marzo 2025: inundación en Bahía Blanca.

Mientas que las autoridades locales y provinciales se preparan para evaluar los daños en profundidad y coordinar las ayudas para los afectados, y a pesar del horror vivido, la comunidad de Bahía Blanca y de todo el país demuestra una vez más la fortaleza de su gente, que, ante la adversidad, se une para hacer frente a la tragedia.

 

Crónica del peor día

“El 7 de marzo comenzó como un día normal. Sabía que había una alerta naranja, pero cuando salí afuera, solo vi una lluvia común. Sin embargo, en cuestión de minutos, el agua empezó a correr como un río de cordón a cordón”, recuerda Arián de cómo empezó esa trágica jornada.

"En apenas siete minutos, el agua entró en mi casa".

“De repente, comenzaron a arrastrarse chapas, árboles y todo lo que encontraba a su paso. En apenas siete minutos, el agua entró en mi casa y llegó a tal punto que superó la mesa del comedor”, relata.

En ese momento, y sin pensarlo dos veces, le alertó a su papá para ir a salvar a su mamá y sus dos perros caniches. Se subieron al auto y fue ahí donde entendieron que lo habían perdido todo. “Pero lo importante era que estábamos bien”, destaca.

“Acto seguido, decidimos ayudar a los vecinos. Mi barrio es grande, y justo cerca nuestro estaba Gino, un joven con discapacidad para caminar, junto a su padre. Le dije a mi papá, que mide dos metros, que lo agarrara a caballito. Gino, desesperado, repetía, ¡por favor, no me quiero morir! En ese momento, bloqueé el miedo y actué con la mayor claridad posible”, cuenta.

Sigue el relato: “vi una manguera larga en la casa de un vecino y me lancé a buscarla. Justo en ese instante, mi vecina del frente, que tiene una casa de dos pisos, nos llamaba desesperada. Con la manguera en mano, la aseguré a un árbol y pedí ayuda a un vecino de la esquina para sujetarla con firmeza. Logramos pasar a Gino, luego a Tomás (que había tenido un accidente en motocicleta), a su hermana de 12 años y a su hermano de 17, que tampoco sabía nadar”. Tras ese raid, pudieron rescatar, también, a una madre con dos hijos muy pequeños.

Con su torpedo de rescate, Arián logró llegar a mucha gente.

“Logramos llevar a salvo a todos los vecinos de mi cuadra a la casa de dos pisos. Pero los gritos desesperados de otras familias nos alertaron de que aún quedaban personas atrapadas”, dice.

“Corrí hasta la casa de mi vecina María, que estaba sobre el techo- ¿Estás bien?, le pregunté. Me respondió que sí, así que continué. En la casa de al lado, una abuela y su hijo estaban con el agua hasta el pecho, asomados por la ventana. ¡Vámonos!, les dije. Logramos abrir la ventana y sacarlos, llevándolos hasta el refugio seguro”, continúa.

Y agrega: “Seguimos rescatando gente durante todo el día. En una casa, estaban dos vecinos a los que aprecio mucho desde que eran bebés. Nadé hasta ellos y les dije: Agarren lo más importante y vámonos. Solo tomaron sus medicamentos esenciales y nos fuimos. Mi papá llegó a los pocos minutos y los subimos al auto, ya que no quedaba más espacio en la casa de mi vecina. Conseguimos una manta para taparlos del frío y la lluvia”.

El rescate de una chancha: "toda vida importa”.

Ese día, el agua no dejó de caer hasta las cinco de la tarde. Arián, su familia y vecinos pasaron  horas ayudando, rescatando personas y animales atrapados. “En un momento, vi a un joven de 17 años que intentaba llegar a la casa de sus abuelos, pero quedó atrapado en un poste de luz. Nadé hasta él con un torpedo de rescate”, rememora.

“Más adelante, encontramos a otro chico atrapado en la plaza. Logré hacer un puente con la manguera y cruzamos a todos. Mi papá, al ver que algunos no se animaban, se lanzó al agua para asegurarlos. En ese momento, una chancha de 300 kg apareció flotando. No lo dudamos: también la rescatamos, porque toda vida importa”, destaca.

Ollas populares en los barrios bahienses.

En total, lograron salvar a 40 personas esa jornada, pero el esfuerzo no terminó ahí ya que durante más de una semana junto a amigos y vecinos se organizaron ollas populares, y el reparto de ropa y alimentos. “La Cooperativa La Juanita de La Matanza trajo mercadería, y juntos la distribuimos entre los afectados”, destaca.

 

Para ayudar

“Lo que vivimos fue devastador, pero el apoyo de la gente de todo el país nos dio fuerzas. A pesar de haber perdido tanto, nos quedó la certeza de que hicimos lo correcto: ayudarnos unos a otros”, afirma Arián.

Su historia se hizo viral en las redes, sumado a un pedido de ayuda: “ahora quiero cambiar el motor de mi auto que con la inundación se estropeó”. Arián necesita su vehículo para viajar y terminar sus estudios para convertirse en guardavidas.

“Si pueden darme una mano estaría muy agradecido”, expresa. La ayuda se puede realizar a CVU: 0000003100058462857645 - Alias: Arian.068 - CUIT/CUIL: 20457830697 - Mercado Pago.

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