La muerte del artista plástico y escultor Luis Felipe "Yuyo" Noé, a los 91 años ocurrida este miércoles, repercutió de manera profunda en el ámbito artístico de Neuquén que lamentaron la pérdida del "gran maestro".
Desde el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén recordaron la presencia de "Yuyo" en la capital neuquina en agosto de 2018 al inaugurar su exposición "Mirada prospectiva" y la presentación de su libro "En terapia".
"Tuvimos el honor de recibirlo en nuestro museo, sorprendiéndonos con su calidez y su entrega permanente", señalaron en un texto difundido a través de las redes sociales del museo. Agregaron que "fue un artista que supo navegar indemne las aguas más tormentosas de nuestra historia, no sólo desde su arte, cuyos primeros trazos llegaron de la mano de su maestro Horacio Butler y que luego perfeccionó en la soledad de quien se enseña a sí mismo; sino también como periodista atento e insobornable observador de la realidad".
En esa oportunidad, la directora del MNBA, Ivana Quiroga, expresó que "sus creaciones transitan por una insondable línea vital conforme a la estructura de la “estética del caos”, proyectando realidades de naturaleza polimórfica que toman visibilidad con la Serie dibujos en 1957 y se desdoblan hasta entreveros en 2017". "Yuyo Noé consigue un desgarramiento sin fractura con el pasado; lucha en un campo de batalla que conoce cabalmente, logrando contraponer y haciendo convivir atmósferas enfrentadas en sus obras", expresó. "Noé comprende acabadamente las complejas realidades humanas, su obra es conciencia en movimiento, atmósfera mental, en constante caos embrionario del relato", agregó.
El recorrido del "gran maestro"
Noé representó el arte argentino como ninguno, fundó el movimiento “Otra figura” y fue representante nacional en la Bienal de Venecia. Fue ganador de múltiples premios y becas como la Guggenheim.
No solo tenía un gran don para las diferentes ramas del arte sino, también, una gran vitalidad y curiosidad por las nuevas aplicaciones y tecnologías. Con una mirada analítica y creativa, su obra traspasó fronteras. Así, pintó y escribió hasta el último día.
Además, en marzo había presentado en el Museo Moderno Asumir el caos, el libro en el que estuvo trabajando durante muchos años y, a través del cual, expresó sus pensamientos y sentimientos.
Noé nació en 1933 en el seno de una familia intelectual. Tuvo desde joven un entorno que fomentó su interés por las artes y las letras. Su padre, Julio Noé, fue un destacado intelectual que dirigió la revista Nosotros, fundamental en la vida literaria de Buenos Aires a principios del siglo XX y que cuando el artista nació ya había publicado dos antologías sobre poesía nacional alabadas por Jorge Luis Borges.
El artista colaboró en las secciones políticas de otros periódicos como La Razón y La Prensa. En paralelo continuó formándose en el mundo de la pintura y escultura. Su primera exposición fue en la emblemática Galería Witcomb, donde presentó su primera individual el 5 de octubre de 1959. Fue en este contexto donde entabló amistad con figuras como Alberto Greco, Rómulo Macció y Jorge de la Vega, con quienes formarían el movimiento Otra Figuración.
Luego de su presentación en sociedad, tuvo individuales en Van Riel y Bonino, en ese entonces la galería más importante de la escena, con su serie Federal, basada en el enfrentamiento entre unitarios y federales, que tuvo excelentes reseñas, entre ellas una de Manucho Mujica Láinez. A lo largo de los años, el propio Yuyo fue desentrañando el "caos creativo" ese famoso leit motiv que recorre toda su obra.