Las especulaciones respecto a quien iba a ser el sucesor de Sapag fueron la constante de los últimos 24 meses, y no faltaron las peleas entre los aspirantes. Y la realidad se fue acomodando a golpes de "realidades” periódicas; ya por la política cotidiana ya por los resultados electorales. Y es esto lo que nos permite inferir que Jorge Sapag no tenía un plan previo. Salvo la posibilidad de un tercer mandato no había en su cabeza una planificación que contemplara la extensión de su proyecto más allá del 10 de diciembre de 2015. Como suele suceder en muchos casos termina siendo el adversario quien define por uno la circunstancia en que se desarrollará la batalla. Y al hablar en estos términos nos referimos a que sí Guillermo Pereyra no se hubiera empecinado en ser candidato a Senador Nacional hoy la fórmula del sapagismo hubiera sido otra.
Lo que sostenemos en el párrafo anterior surge de entender que si el resultado de la elección entre Pereyra y Ana Pechen hubiera tenido como ganadora a la vicegobernadora, la posibilidad de Sapag de imponer una fórmula como la de Gutiérrez y Figueroa hubiera sido prácticamente nula. No hubiera habido posibilidad alguna de que Ana Pechen resignara su pretensión de ser la candidata a la gobernación. Y ello independientemente de la interpretación constitucional que se hiciera de su habilitación. El triunfo ante Pereyra la posicionaba automáticamente como "la candidata” de los azules. Eso no ocurrió y la primera reacción de Sapag fue de dolido y en las generales no acompañó al candidato del MPN. Fue la reacción de un superviviente, entendió que si Pereyra arrasaba en las elecciones se quedaba sin poder en medio de su mandato y eso fue lo que lo salvó y le permite exhibir la fórmula del Movimiento como un acierto y como un producto de su muñeca política. ¿Cuánto de esto que aconteció responde a una cuestión del azar y cuanto a un designio planificado por el gobernador? Alguien podrá decir que Sapag lo tenía In Pectore, pero ni el propio Sapag se animará a refrendar semejante afirmación. Lo cierto es que a medida que fue avanzando en la definición de la sucesión fue practicando una especie de ensayo y error. Lo que sí se puede afirmar que una sola cosa tuvo siempre en claro: su sucesor lo imponía solamente él.
Objetivo cumplido. Le queda un año de proyección política nacional. Muchos lo ubican como un potencial miembro del futuro gabinete nacional. ¿De Scioli? ¿De Massa? De Macri? Nadie tiene esa respuesta; lo que sí todo el mundo tiene claro es que Sapag no tendrá sus años sabáticos, nadie cree que se pueda desentender de la política. Y mucho menos alejarse de su segunda especialidad: la energía, lleva en sus alforjas un deseo superior a un sueño y eso es la concreción de Chihuidos después de ver hecha una realidad lo que es Vaca Muerta. Pasó un año de vértigo y no estamos hablando del año calendario estamos hablando de un año-cronograma establecido en términos políticos y electorales.
Estas semanas serán de baja intensidad en cuanto a la exposición pública pero intensa en lo que se refiere a gestión política. Hay que integrar a la oposición interna a la campaña para la gobernación. El sobichismo junto con los petroleros alcanzó los 51 mil votos, una cifra considerable que no volverá a repetirse, que se dio en una coyuntura política determinada y para un objetivo preciso. Eso quiere decir que fue para un momento y un proyecto dado; de igual modo aunque Pereyra haya ratificado su apoyo a la formula surgida de las urnas no hay que descuidar a los sobichistas que son los grandes dolidos de esta última elección. La destreza y la inteligencia que opere en esta gestión será fundamental para el que MPN retenga el gobierno sin pasar sobresaltos.
La dispersión opositora externa también trabaja para que el Movimiento imponga su fórmula para un nuevo período.
Quiroga-Rioseco no paso de ser una buena idea, jamás llegará a ver la luz sol; dentro del Frente para la Victoria las diferencias con Rioseco son ostensibles, las organizaciones sociales han pasado sus facturas al intendente. Un escenario político que viene a pedir de boca para el MPN que sí debe ocuparse de incluir y de repartir espacios hacia adentro del partido.
Parece que habláramos como que el resultado está puesto y nunca en política dos más dos es cuatro; nunca se sabe cuándo la liebre puede pegar el salto dejar al mejor cazador mirando al cielo. Por ahora todo parece indicar que el partido que gobierna desde hace medio siglo sigue teniendo la ventaja para seguir manteniendo el poder. Una costumbre que hasta ahora siguen manteniendo los neuquinos en medio de este vertiginoso proceso político.
M.E.G.