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En pie de guerra: Alberto Weretilneck desafía a Vaca Muerta Sur y sacude el tablero político

Río Negro reclama un porcentaje de las exportaciones de crudo por Punta Colorada, la provincia no cobra regalías por el petróleo de Vaca Muerta.
Sabado, 22 de febrero de 2025 a las 15:33

La disputa que estalló esta semana entre el gobierno de Río Negro y las petroleras socias de YPF en el megaproyecto Vaca Muerta Oil Sur no es solo un problema de regalías. Es el primer obstaculo que se presenta dentro de proyecto del que todos se beneficiarán, mientras que la provincia por la que pasa el caño, en la que está el puerto y la puerza del golfo "más azul del continente", queda relegada a un papel secundario, sin participación real en el mega negocio que superará la exportación de la Pampa Húmeda.

El oleoducto que trasladará cerca de un millón de barriles diarios desde la Cuenca Neuquina hasta Punta Colorada, en Sierra Grande, es la joya de la corona para la exportación petrolera argentina. Una inversión de entre 2.500 y 3.000 millones de dólares, con gigantes como YPF, Pan American Energy, Vista, Pluspetrol, Pampa Energía, Shell y Chevron. Todos celebrando el nuevo régimen de inversiones (RIGI) impuesto por Javier Milei, pero sin un solo dólar para la provincia que albergará el principal puerto exportador del país.

El gobernador Alberto Weretilneck decidió patear el tablero y exigir lo que a simple vista es lógico: que Río Negro reciba al menos el 1% de las exportaciones como compensación por el uso del puerto y la "licencia social". Un planteo que las petroleras prefieren evitar, pero que tampoco descartan, porque saben que, aunque la ley no lo contemple, la presión política puede torcer voluntades.

El problema para Weretilneck es que su repentino reclamo también es una declaración de independencia política. Su provincia fue la primera en adherir al RIGI, el blindaje fiscal de Milei para atraer capitales. Pero en la semana en que el gobierno libertario tambalea por el criptogate, el gobernador elige despegarse y marcar terreno. Y las respuestas no tardaron en llegar. La diputada llibertaria Lorena Villaverde, desesperada por encabezar la lista de senadores y consciente que tendrá competencia con Anibal Tortoriello, lo acusó de querer imponer un "nuevo impuesto". El peronismo local, con el jefe de bloque de la Legislatura, el últrasorista José Luis Berros, le recordó que esto era previsible desde el día en que firmó el RIGI.

El legislador ultrasorista José Luis Berros le recordó a Alberto Weretilneck que se lo había advertido

Pero los números son contundentes: con el 1% de las exportaciones que les solicitó, Río Negro podría recaudar al menos 60 millones de dólares anuales, equivalentes al 70% de la cuota del Plan Castello o al 60% de la masa salarial de la provincia. Y a largo plazo, esa cifra podría ascender a 150 millones de dólares, "todo por venir", como decía un viejo eslogan radical que pasó al olvido.

La discusión no termina ahí. Weretilneck fue con los tapones de punta y le exigió a la UTE Sacde-Techint, que construye el Vaca Muerta Oil Surque cumpla con la ley provincial y contrate al menos 80% de mano de obra local. Llegó a comprobarse que apenas 30% de los empleados del oleoducto residen en la provincia, y ante la amenaza de un nuevo bloqueo al obrador, la empresa aceptó renegociar. El lunes se firmará un acuerdo en Cipolletti. "Cumplen o se van", publicó el mandatario en X (ex Twitter).

La pregunta de fondo es si Río Negro está dispuesto a dejar pasar esta oportunidad, mientras su gente debe emigrar por falta de oportunidades. La provincialidad no puede ser solo un eslogan electoral. Tiene que reflejarse en decisiones concretas: en la pelea por las regalías y la mano de obra de Vaca Muerta Oil Sur, en la continuidad prometida de la rotonda de Choele Choel, en la autopista interminable de la Ruta 22, en la olvidada 23, en las presas del Comahue o la siempre postergada fruticultura, entre otras muchas necesidades.

Weretilneck decidió dar la batalla, como insinuó en enero del año pasado cuando se plantó frente al centralismo de Milei. Ahora resta ver si tiene resto político para sostenerla hasta el final.

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