Dalma Maradona atraviesa un momento personal complejo, marcado por la frustración y el dolor. La reciente suspensión del juicio por la muerte de su padre, Diego Armando Maradona, golpeó fuerte tanto a ella como a su hermana, Gianinna. En medio de esa tormenta emocional, Dalma encontró un respiro en una tierna y graciosa anécdota familiar que compartió durante su visita al programa Perros de la Calle, conducido por Andy Kusnetzoff en Urbana Play.
Allí, mientras hablaba de la vida cotidiana de su hija Roma, de cinco años, Dalma Maradona reveló una historia que desató risas en todo el estudio. Contó que en la sala del jardín de Roma habían pegado un cartel que preguntaba a los niños qué querían ser cuando fueran grandes. Al buscar a su hija, Dalma notó con algo de sorpresa que Roma había escrito “Maestra”. Al consultarle al respecto, la niña respondió con honestidad: “Yo quería poner Lali, pero nadie ponía eso”. Así, con inocencia y un toque de timidez, Roma confesó que su verdadero deseo era convertirse en Lali Espósito.
La confesión dejó ver tanto la ternura de la pequeña como el vínculo que tiene con su madre, quien no dudó en contar la anécdota con humor. Además, puso en evidencia el fuerte impacto que figuras del espectáculo como Lali tienen sobre las nuevas generaciones, al punto de convertirse en modelos a seguir para niñas como Roma.
Esta aparición mediática también sirvió para disipar rumores que circularon días atrás. En sus redes sociales, Dalma Maradona había publicado un video donde se la veía con un vientre prominente, lo que hizo suponer a sus seguidores que podría estar embarazada por tercera vez. Sin embargo, se trataba de una caracterización para su nuevo proyecto teatral.
La actriz regresa a las tablas con Al final las tragedias no mejoran a nadie, una obra escrita y dirigida por Julieta Cayetina. En ella, interpreta a una mujer embarazada, y comparte escena con Graciela Stefani y Miriam Odorico. La historia gira en torno a dos cuñadas mayores que, tras quedar viudas, heredan un viejo hotel rutero y deciden reinventarlo como un hotel alojamiento.
El regreso de Dalma Maradona al teatro representa un punto de encuentro con su faceta artística, una vía de expresión que la reconecta con su vocación y que también le permite canalizar emociones. Después de años lejos del escenario, la actriz apuesta por un proyecto sensible, cargado de humor y crítica social.
A pesar de estos momentos de distracción, Dalma sigue profundamente afectada por lo que considera una injusticia judicial. La suspensión del juicio se dio a raíz de la participación de la jueza Julieta Makintach en un documental sobre el proceso, lo que, para la hija del Diez, compromete seriamente la imparcialidad del caso.
Dalma Maradona expresó su indignación, remarcando que no se trata de legalidades sino de respeto: “No se puede permitir que un juez deje entrar cámaras a grabar en medio de un juicio tan sensible. No es justo para mi papá ni para nosotros”, concluyó. En medio del dolor, el deseo de justicia sigue siendo su motor.