Con Wanda Nara y Mauro Icardi nuevamente en el ojo de la tormenta mediática a raíz del violento episodio ocurrido el viernes por la noche en la casa de la blonda, en las últimas horas se filtró el informe que les hicieron los peritos psicológicos tanto a la expareja como a sus hijas, y los mismos a dejan a nadie como "los buenos de la película".
Según contó Mauro Szeta en el programa Lape Club Social, en el escrito los profesionales recomendaron que ambos padres realicen, de forma urgente, terapia para corregir ciertas actitudes que serían perjudiciales para las menores de edad.
Puntualmente, sentenció que Wanda Nara continúe con sesiones de terapia y que Mauro Icardi inicie el tratamiento; y que el futbolistas deje de proyectar una imagen de violencia y amedrentamiento. También se advirtió que las hijas de ambos deben formar sus propias opiniones y dejar de reproducir un lenguaje propio de los adultos.
Asimismo, explicaron que luego de haber escuchado a las dos menores, los peritos consideraron que resulta imprescindible que la madre continúe y que el padre inicie tratamiento psicológico individual.
Según el escrito, esto "les permitirá flexibilizar posicionamientos y trabajar sobre las conductas disfuncionales de su personalidad para que puedan ejercer una parentalidad saludable".
Luego aclaró: "En el caso de la señora Nara, deberá trabajar sobre el control que tiende a desarrollar sobre las niñas. En el caso del señor Icardi, deberá trabajar sobre sus conductas disruptivas para poder ejercer una parentalidad positiva".
Por otro lado, recomendaron que las niñas también inicien tratamiento psicológico "con un especialista infantojuvenil con enfoque psicojurídico que trabaje con familias judicializadas por la complejidad de la situación familiar que atraviesan y que se ha exacerbada por la exposición mediática en la que se encuentran".
Finalmente, el informe de los peritos psicológicos recomendó que Wanda Nara y Mauro Icardi se focalicen en sus hijas como centro de atención y no en sus propios deseos y pide que se les devuelva su lugar protagónico en el mundo “para poder escuchar sus necesidades y evitar su sufrimiento a través del involucramiento en las problemáticas que son competencia y responsabilidad de los adultos”.