La vacuna que desarrolla un laboratorio sueco-estadounidense, y que financia el multimillonario Bill Gates, utiliza como ingrediente clave para su eficacia una sustancia obtenida de un árbol apreciado por los mapuches: el quillay.
Es un árbol endémico de Chile, contiene en su corteza un componente que se ha convertido en un codiciado potenciador para la formulación de vacunas, la saponina, que podría ahora convertirse en un adyuvante natural para formular un eventual remedio preventivo contra el coronavirus. Este compuesto tiene una potencial capacidad de estimular el sistema inmune para generar buena respuesta frente a una vacuna.
La saponina es utilizada “en medicina, en enfermedades respiratorias y de la piel, y adyuvante de vacunas animales y humanas“, explica el profesor René Carmona, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile.
"Al ser un producto natural, la saponina tiene la cualidad de presentar una mejor recepción en el cuerpo humano, razón por la que figura como un adyuvante clave para la formulación de una vacuna contra el SARS-CoV-2", agregó Carmona. En la actualidad, al menos el laboratorio estadounidense Novavax usa la saponina en su investigación para el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus.
El grupo empresarial internacional Desert King, que también está asentado en Chile, se encarga de procesar esta sustancia en el país mediante un proceso químico y ante la posibilidad de que se convierta en un componente esencial para una vacuna contra la COVID-19 comenzaron a plantar árboles quillay en masa.