El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, condenó hoy a los manifestantes antiinmigrantes que arrasaron el centro de Dublín. La violencia comenzó después de que circularan rumores de que un ciudadano extranjero era responsable del ataque en el que cinco personas, entre ellos tres niños pequeños, fueran apuñalados frente a una escuela de Dublín el jueves por la tarde.
La policía arrestó a 34 personas durante la noche después de que hasta 500 personas saquearan comercios, incendiaran vehículos y arrojaran piedras a agentes de control de multitudes equipados con cascos y escudos.
El primer ministro dijo que la capital de Irlanda había sufrido dos ataques: uno contra niños inocentes y el otro contra "nuestra sociedad y el Estado de derecho".
"Estos criminales no hicieron lo que hicieron porque aman a Irlanda, no hicieron lo que hicieron porque querían proteger al pueblo irlandés, no lo hicieron por ningún sentido de patriotismo, por retorcido que fuera", dijo Varadkar a los periodistas. "Lo hicieron porque están llenos de odio, aman la violencia, aman el caos y aman causar dolor a los demás", concluyó.
Una niña de cinco años se encontraba en estado crítico en un hospital de Dublín y un asistente de profesor se encontraba en estado grave, dijo la policía. Una niña de 6 años continúa recibiendo tratamiento por lesiones menos graves y otro niño fue dado de alta durante la noche. El presunto agresor, que fue detenido por testigos, permanece hospitalizado en estado grave.