Arabia Saudita y Rusia anunciaron recortes de producción y exportación en el comienzo de la semana. Sin embargo, tras una fugaz subida, los precios del crudo cerraron a la baja por cierto pesimismo sobre la demanda.
El barril de Brent del mar del Norte para entrega en septiembre, en su primer día como contrato de referencia, perdió 1,00% a 74,65 dólares en Londres. En tanto el barril de West Texas Intermediate (WTI) para agosto perdió 1,20% y quedó por debajo de los 70 dólares en Nueva York, a 69,79 dólares.
La medida adoptada por dos de los mayores productores de petróleo no logró afectar al precio, como se esperaba. Ante una reducción de la demanda, los precios debían tender a la suba. Arabia Saudita anunció que su recorte en la producción durará, por lo menos, hasta agosto. El gigante saudí prometió recortar un millón de barriles por día. El Kremlin, por su parte, reducirá sus exportaciones en 500.000 barriles diarios.
Para los analistas internacionales, la baja expectativa de demanda en lo que queda del año doblegó a un posible efecto de los recortes anunciados. “No harán gran cosa para modificar el sentimiento bajista del mercado, que es pesimista sobre la demanda de crudo en el segundo semestre del año", afirmaron desde WTRG Economics.
El argumento predominante esgrimido marca que la economía mundial asignan altas chances a una próxima recesión mundial, lo que implicaría una menor demanda de petróleo. "Las inquietudes sobre el crecimiento mundial dominan el mercado", afirman.