MÁS ANÉCDOTAS DESDE LA GUARDIA

Desopilante debate por atender a un paciente chorro

Un médico relató en su cuenta de Twitter que un paciente llegó herido, no terminó de recuperarse y le robó la moto a otro paciente. ¿Debía curarlo igual?
lunes, 1 de febrero de 2021 · 00:00

La pandemia ha puesto en evidencia el sistema de salud argentino, con sus fortalezas y debilidades. Y con ello, el rol del personal, sobre todo quienes se encuentran en la trinchera: médicos y enfermeros. Quizás por ello, el debate que generó el hilo que abrió un médico chaqueño en su cuenta de Twitter: atendió a un hombre que llegó herido, al parecer luego que un grupo de vecinos intentara lincharlo. Lo curó, dijo que ya volvía y escapó. No sólo eso, sino que le robó la moto a otro paciente.

Julio Picón es médico y reconocido cirujano del Hospital Perrando de la capital chaqueña. Este domingo relató una absurda situación que le tocó afrontar en la guardia y generó un desopilante debate sobre si debía seguir curando a un delincuente o por el contrario, ante la confirmación de las malas mañas, abandonarlo a su suerte.

Picón publicó, junto a una foto: “Salió sutura del paciente cascoteado con versión confusa de los hechos. Una vez suturado y recuperado, el paciente y su compañero robaron la moto de otro paciente y huyeron”. Y agrega en el hilo: “Aclaraciones para evitar malentendidos, las fotografías fueron tomadas por un personal sanitario como registro de la actividad asistencial preservando la identidad del paciente. Los datos brindados por el paciente probablemente eran falsos, en la urgencia no cotejamos veracidad. Me pareció extraño la contradicción en la versión de los hechos. Aún así me limité a mi labor profesional sin valoración moral de la situación. Finalizada la sutura, debía recibir las indicaciones con antibióticos incluidos. El paciente pidió salir un rato para ver si su "primo" lo esperaba todavía. Salió y no regresó. El paciente víctima del robo, hombre mayor, aguardaba el control de la TA (presión arterial), había ingresado con valores altos. Cuando se marchaba, notó la ausencia de su moto. Otro paciente dijo: el chico lastimado se subió y se fue. El pobre hombre no podía creer, al fin y al cabo, la moto estaba bastante deteriorada. Tuvo que controlarse nuevamente la TA, por suerte no volvió a subir, y pedir el auxilio de un familiar para que lo busque y lo lleve a su domicilio”.

Este relato desató de los variados comentarios, desde que no puede estar el personal de Salud pidiendo antecedentes, felicitándolo por su labor y hasta, un contundente rechazo “al gasto del Estado en delincuentes”. El debate se extendió en varios comentarios y no es la primera vez, que este médico reconocido, gana la atención en las redes sociales.

A fines del 2020 también fue muy comentada la experiencia con un “fantasma” en la guardia del mismo Hospital Julio C Perrando, donde no estuvo solo Picón, sino que había colegas de testigos. En esa oportunidad, lo relató así:

“El hombre parecía un mendigo y golpeó tímidamente la puerta de la guardia. Lo atendió la enfermera, lo registró y lo hizo pasar al consultorio. El motivo de la consulta era dificultad respiratoria, tos y fiebre. El examen no me dijo mucho y pedí una placa.

La técnica radióloga le pidió que se posicione sobre el chasis y tomó la radiografía. Entró al cuarto oscuro para revelar y sintió frío y miedo. Alguien le respiraba en la nuca. Y la respiración se sentía muy fuerte. Salió rápidamente del cuarto y no encontró al paciente.

Era imposible que se escondiera en algún lado. La puerta estaba cerrada con traba interior. El paciente literalmente se evaporó. Sintió más miedo aún y vino corriendo hasta la guardia.

Llamamos al policía por cualquier cosa. Buscamos por todos lados y nada.

Quedamos con la duda.

Anotamos en el cuaderno de novedades, hora 3:15.

Temprano en la mañana llega el encargado de seguridad y se entera de lo sucedido. "Vamos a revisar las cámaras", propone.

Estamos todos atentos mirando las grabaciones. Expectantes. Hasta que llega el horario estimado.

La enfermera abre la puerta, pero no pasa nadie. Yo me veo en el pasillo hablando a la nada y gesticulando en soledad. No se ve en ningún momento a otra persona. Se ve a la técnica que abre la puerta de Rayos y habla, pero no hay nadie.

Nos quedamos en silencio. No decimos nada.

No queremos quedar como locos. Todos lo vimos e interactuamos con el paciente fantasma. Las cámaras no lo registraron, sólo nuestros ojos o nuestra imaginación”.

 

En el último caso, el chorro era de carne y hueso y la motocicleta nunca más apareció.

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